El tesoro inglés oculto en la Ciudad. La casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico

Lleva más de cien años a la vista de todos y su interior está lleno de riquezas de un San Juan de antaño que sólo recuerdan los más grandes. Vengan, pasen y vean la casa del inspector de tráfico del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico y sus objetos de colección.

 Las Heras 421 Sur, entre las avenidas Ignacio de la Roza y Córdoba, frente al predio de la ex Estación San Martín, ahora el impresionante Teatro Bicentenario. Esa es la coordenada exacta donde la Ciudad esconde un verdadero tesoro inglés. Allí está la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, una reliquia arquitectónica que llena la vista de nostalgia y curiosidad.

En su interior se respira el aire del museo de los trenes que la provincia nunca tuvo, gracias a la pasión por el oficio de ferroviario que siempre sintió don Remo Martín Castro (ver recuadro).

La casona es de un estilo netamente inglés. Data en ese lugar desde 1914 y fue pensada para la máxima autoridad ferroviaria del Buenos Aires al Pacífico: el Inspector de Tráfico.

La construcción soportó de pie el terremoto de 1944 que arrasó la Ciudad. Pero como había sido construida sin columnas que trabaran sus paredes de ladrillos, tras el potente sismo fue reforzada por los técnicos del ferrocarril con lo que ellos mejor sabían usar: rieles.
Utilizaron un sistema de trabado de rieles que transformaron la casa en una verdadera fortaleza.

A pesar de los años, siempre conservó detalles de su construcción original. Desde los muros verdes para limitar el perímetro de la propiedad, la cerca de entrada de madera blanca, hasta los techos de cinc a gran altura, lo que permitía la circulación de aire entre ese techo y el cielo raso de yeso de su interior, transformando a la vivienda en un lugar fresco en el verano.

 Por esos techos se asoman tres chimeneas de las estufas que calientan los ambientes interiores: el living, el comedor y la cocina. En cada uno de ellos se disfruta de las grandes entradas de luz por los ventanales de vidrios repartidos que dan al norte, pensados así para tener toda la luz diurna del sol en su recorrido del este al oeste.

Al otro lado de la casa, hacia el sur, para aprovechar la entrada de aire fresco, están los tres dormitorios. Y al final del pasillo que separa las salas de estar de los lugares de descanso, está el baño y la puerta de salida que comunica con el cuarto destinado a la despensa de la casa.

 Esos ambientes tienen pisos de parqué, arañas que cuelgan del cielo raso y las llaves de la luz de bronce conectadas a un fusible, como era el viejo sistema. Todo funciona a la perfección.

En el exterior la casa aún conserva los números de los censos de las casas del ferrocarril, en la cabreada del frente, debajo del techo del hall de entrada que tapa el sol de la mañana y en el que cae el agua de la lluvia a través de los colectores que desembocan en el jardín de la entrada principal.

En este lugar hay un aljibe que no estaba originalmente con la casa, sino que fue puesto por don Remo Castro, al igual que el farol gigante instalado a la izquierda del frente, pintado de verde inglés, el cual estaba en cada una de las estaciones de trenes y funcionaba con un candil que se colocaba en su interior.

Tanto los ambientes internos, como los alrededores, son de grandes extensiones: el frente de esta casona da a Las Heras y el fondo limita con Suipacha. Esa lonja de terreno, que va desde Ignacio de la Roza hasta Córdoba, pertenece al Estado Nacional.

 

 

La resistencia de Don Remo

Don Remo Castro se levantaba a las 6 de la mañana, se duchaba y se afeitaba. Una costumbre que le quedó de sus cuatro décadas como ferroviario.

Él trabajó en el Buenos Aires al Pacífico desde 1955. Dos años después lo pusieron como administrativo y llegó a ser Inspector de Tráfico, el máximo al que podía aspirar en la provincia.

Eso fue hasta el 30 de noviembre de 1990, cuando decidió retirarse. Igual el tren ya no tenía mucho futuro: el furor privatizador de Carlos Menem ya los había condenado a muerte, ejecución que se cumplió el 15 de marzo de 1992, cuando los trenes de pasajeros desaparecieron en la provincia.

Fuente: Tiempo de San Juan
Redacción Periodística: Gustavo Martínez Puga - Fotos: Archivo Tiempo de San Juan

 
                        

GALERIA MULTIMEDIA
Don Remo Martín Castro, fue empleado ferroviario. (Archivo Tiempo de San Juan)
La imagen muestra la chimenea y dos planchas a cardón en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Una de las salas, donde se observa la chimenea a leña de la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Una de las salas de la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Galería interna en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Uno de los sillones de totora que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Las Heras 421 Sur. Este cartel se encuentra en el ingreso a la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Cartel en una de las paredes ubicado en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Elementos que se usaban en la época que funcionaba el ferrocarril y que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Manojo de llaves que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Lámpara a querosen que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
La imagen muestra una caja que dice Cuidado explosivo y sobre la misma una cadena y un candado con las siglas FGBAP (Ferrocarril General Buenos Aires al Pacífico) que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Micrófono y auricular de los años de 1900 que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Manual de las distintas estaciones de trenes que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Manual donde figuran las distancias en kilómetros de las distintas estaciones de trenes que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Telégrafo que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Vista de una de las alas de la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Vista de la parte superior de la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Vista de una de las alas de la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Telégrafo que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Manual donde figuran las distancias en kilómetros de las distintas estaciones de trenes que se encuentra en la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
La foto una de las ventanas que posee la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
La foto muestra uno de los faroles externos que posee la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
La foto muestra la bomba de agua que posee la casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)
Casa del Inspector de Tráfico del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, ubicada en Las Heras 421 Sur. Residencia de Remo Martín Castro. (Archivo Tiempo de San Juan)