El abogado de los ladrones

César Jofré es uno de los abogados con mayor popularidad en el ambiente delictivo sanjuanino. Forma parte de una camada de profesionales a los que la policía considera “sacapresos” y parte de la sociedad lo critica porque defienden a los que les roban. Jofré responde sobre cómo aborda su trabajo y por qué defiende a los delincuentes, sin preguntar por el origen del dinero con el que le pagan.

La popularidad de César Jofré en el ambiente judicial puede comprobarse con sólo verlo llegar al edificio de Tribunales. Inmediatamente lo ven las madres de los detenidos se acercan a pedirle por tal o cual o que les traiga información o que se ocupe de sacarlos. Donde está Jofré hay revuelo. Jofré defiende a una gran cantidad de ladrones y eventualmente a los autores de delitos más graves como homicidio. Su pensamiento es  pragmático y responde a los cuestionamientos éticos sobre su actividad con una frase “si no lo defiendo yo lo va a hacer otro profesional porque la ley obliga a que todos tengamos a alguien que nos defienda”.

—¿Por qué decidió dedicarse a clientes de las villas y en general a la gente de menores recursos?
—Cuando me recibí, pensaba que las familias de dinero tenían abogado, que la Coca Cola tiene abogados, es decir hay abogados de empresas pero yo no tenía contactos con empresarios, porque tenía poca relación social. Por la zona en la que vivía, que es Chimbas, sabía que tenía que hacer Derecho Penal, sin perjuicio de que siempre me imaginé ser como el abogado de la película, no el que defiende un desalojo sino el que defiende al que mató a una persona o al que robó. Además, notaba que lo primero que veía la gente de la televisión eran las noticias policiales, o cuando alguien compra el diario primero lee los accidentes o los homicidios. Si a uno lo atraía, pensaba que eso daba mucha publicidad.

—¿A esa altura conocía gente del ambiente delictivo?
—Me ayudó haber sido un pibe de mucha chispa, siempre anduve en las canchas, hice deportes, iba a los bailes y también hice política, eso me abrió muchas puertas. No conocía mucha gente del ambiente delictivo pero como he andado mucho por la zona del barrio Comandante Cabot y en Rawson o Chimbas, entonces me conocían muchos de esas zonas y ellos me mandaban gente.

—¿A qué tipo de delitos les dice que no?
—El delito que no me gusta es aquel en el que la víctima es un niño. Tampoco me gusta el aborto. Me cuesta aceptar esos casos,  no los asimilo y los rechazo. Las violaciones de padres a hijos o abuelos a nietos, son cosas que me causan mucho repudio. Si son falsas imputaciones puedo entender que hay algo para pelear pero si son delitos que están casi probados, no los acepto.

—¿Mucha gente se pregunta si quienes defienden a los delincuentes se ponen alguna vez en lugar de la víctima?
—Desde ya que algunos asemejan que hacer Derecho Penal es ser delincuente. Independientemente de esto, hay que entender que soy una parte del proceso que es esencial. Toda persona tiene que ser defendida. Si no lo defiendo yo lo va a defender otro porque la ley así lo indica. Me abstraigo desde ese punto de vista como es el médico que trata a las personas que tiene sida. Es mi profesión, yo no soy el delincuente ni el encubridor, sólo soy el profesional que circunstancialmente lo está defendiendo.  Me abstraigo totalmente y no siento que tengo responsabilidad porque en definitiva es el juez el que va a definir si esa persona es culpable.

—¿Se hace plata con el Derecho Penal?
—No es fácil hacer Penal. Hay muchos que empiezan en esto porque es el manguito en el momento y te alcanza para tus gastos y es la plata más rápida para hacer. Si hacés Derecho Civil,  a lo mejor con un solo juicio te parás, pero tenés que esperar cinco o seis años. Haciendo Penal tenés todos los días plata en el bolsillo pero los pibes recién recibidos empiezan haciendo penal y se cansan porque tenés que ser psicólogo, psiquiatra a veces hasta boxeador porque no es fácil manejar la gente que tiene estos conflictos.

—¿Lo considera una profesión ingrata?
—En esto se da la máxima de que si el cliente sale en libertad es porque el aborado no hizo nada y si se quedó detenido es culpa del abogado. Por ahí es una profesión muy ingrata y tenés que tener una formación espiritual y estar formado en el sentido de saber que no es una rama fácil del derecho.

—He  escuchado abogados que dicen con tal que mi cliente salga soy capaz de cualquier cosa ¿Eso es ético?
—Dentro de lo que sea la legalidad sí, porque yo me debo al interés de mi cliente. Mi obligación  es que si no lo puedo hacer sobreseer tratar de que tenga la pena mínima porque eso es de buen  profesional, sacar el mayor beneficio para el defendido. Si no lo puede limpiar completamente uno trata de que su posición mejore, ya sea desde el arrepentimiento o desde la promesa de que para adelante va a cambiar su vida.

—¿Pero tanto como inventar historias?
—Sí, se inventan historias, eso es lo que se llama la coartada, que convenís con tu cliente pero repito, dentro de la legalidad, porque a través de la indagatoria, que es su medio de defensa, el imputado puede decir lo que quiera porque sin perjuicio de que el imputado reconozca el hecho, por más que se declare culpable, la obligación de la justicia es investigar para saber si lo que dice es cierto. No es lo mismo en Derecho Civil donde a confesión de partes relevo de pruebas, pero dentro de la ley, el abogado puede ser un gran inventor.

—¿Y cómo hacen con el dinero? ¿Cómo asume la posibilidad de que el dinero con el que le pagan no sea de ellos y sea proveniente de un ilícito?
—Una cosa que no hago es recibir cosas robadas. Sería estar cometiendo un delito. Si recibo algún bien como un televisor o una video tiene que ser con papeles. El tema del dinero producto del ilícito, entiendo que el dinero es una cosa fungible (n. de la r. equivale a consumible). Yo no sé cuál es el que proviene de un robo. El cliente no te dice de dónde viene y yo no pregunto tampoco, cobro mis honorarios y porque estoy en mi derecho de cobrar por mi trabajo.

—¿A qué se debe la fama que tiene en el ambiente delictivo?
—A lo mejor la fama viene de los resultados porque si no hubiera sacada a nadie, por más que sea conocido, no me buscarían. Además, soy una persona muy sociable y tengo contactos con todos, desde el hombre de la villa hasta los más altos funcionarios.

—¿Cómo es su relación con la policía? Para ellos usted es de los “sacapresos” que liberan en una horas a los que ellos les llevó mucho tiempo detener.
—Nosotros somos actores para que la ley se cumpla. Si un delito es excarcelable esa persona tiene que salir, si no tiene condena anterior, tiene que salir y si hay errores de procedimiento tiene que salir. No es que nosotros seamos los malos de la película. La ley no la hace el abogado sino el legislador y nosotros sólo la aplicamos. Uno pide la excarcelación y si el juez entiende que esa persona no va a obstruir la investigación, no va a transgredir una norma y no va a eludir a la Justicia, le va a conceder la excarcelación.

"AQUI LA CONDENA SE PAGA DOS VECES"

A César Jofré se lo considera un beneficiario de las fallas de este sistema, en el sentido que sabe aprovechar todos los resquicios que la ley brinda para que sus clientes sean liberados. Por eso, le preguntamos qué cambiaría del sistema para disminuir el índice de los delitos. Entre otros conceptos, dijo lo siguiente:

* “Las estadísticas dicen que la mayor parte de los delitos son contra la propiedad, es decir robos y hurtos. Son delitos asociados también a gente de clase media y baja por lo que no se puede negar que estos delitos tiene que ver con lo social y lo económico. El delito no va a disminuir si no se asiste a la gente de los sectores más vulnerables”.

* “Lo que más me preocupa es lo que pasa con las personas cuando salen de la cárcel. Aquí se paga la condena dos veces, porque si el ex convicto va a pedir un trabajo le piden los antecedentes y no le dan trabajo”.

* “La influencia de la droga es cada vez mayor porque quienes delinquen recurren a ella para darse valor pero eso los lleva también a perder noción de lo que hacen y muchas veces terminan matando. Sin embargo, no hay una institución que les dé tratamiento y la cárcel tampoco lo hace”

* “Estados Unidos es una muestra de que la pena de muerte no hizo disminuir el delito en ese país”.

“Este sistema tiene muchas incoherencias. Por ejemplo no es excarcelable  robar una cabeza de ganado si rompió el alambrado. En cambio, a partir de la ley Blumberg, es excarcelable el robo a mano armada si no se secuestró el arma o no se demostró que era apta”.

* “Con el actual sistema de trabajo de la policía, si el que robó no está en su album de fotos, difícilmente resuelvan el caso. Hay casi una inducción a que el damnificado reconozca a alguno de los delincuentes de las fotos que hay en la comisaría. A veces esa es toda la prueba y muchas veces la víctima se confunde y señala a quien no es”.

* “El aumento de atribuciones a la policía puede ser una buena herramienta para la lucha contra la delincuencia pero se necesita que un veedor judicial controle la aplicación de estas atribuciones para evitar abusos”.

EL DIA QUE UN CLIENTE SE COLGO EN SU ESTUDIO

César Jofré no duda en señalar como el peor momento de su carrera fue el día que Ricardo “el Yeta” Páez se ahorcó en la oficina del abogado, cuando estaba siendo buscado para ser detenido porque se lo acusaba de haber participado en el ataque a Hugo Naranjo, el empresario baleado en mayo de 2006.

- No sé si muchos hubieran podido afrontarlo como yo lo afronté. Sólo Dios sabe lo que pasó por la mente de esta persona, pero yo asumí el hecho con total hombría, avisé a la policía, hablé con todos los medios y por supuesto tuve mucho apoyo solidario de colegas abogados- afirma.

El otro tema que lo llevó a los medios fue un preso que al que le dieron permiso para salir a festejar el día del Padre con la familia, bajo responsabilidad de Jofré, que era su abogado. Cuando fue a buscarlo, el hombre se había escondido porque no quería volver. Tuvo que ir la policía a traerlo y aunque creían que se había fugado, lo encontraron en el domicilio familiar. 

En la lista de los hechos positivos, el abogado señala el haber obtenido la absolución de un trabajador de la villa Benavides que mató a su suegro.
-El tribunal entendió que era un hombre que jamás hubiera delinquido y que reaccionó así cuando se enteró que su mujer era abusada por el padre- señala.

Nota publicada el 19 de septiembre de 2008 en El Nuevo Diario.
 

 

 

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