Marcelo Delgado: "Es más importante saber cómo gana su dinero una empresa que cómo lo gasta"

Especialista en Responsabilidad Social Empresaria, creó junto a varios empresarios locales Pacto San Juan, una asociación civil que promueve prácticas de negocios éticas y morales basadas en la inclusión y el desarrollo de capital social.

Cordobés de nacimiento y sanjuanino por adopción, el contador Marcelo Delgado, ex gerente de la filial provincial de OSDE, es un apasionado de la “Responsabilidad Social Empresaria (RSE)”, un nuevo concepto  que hace referencia al conjunto de obligaciones y compromisos legales y éticos que deriva del impacto que produce la actividad de las organizaciones en la sociedad; y que nace de una combinación de factores como la crisis del “estado benefactor” , la globalización de la economía y la desconfianza que las grandes corporaciones multinacionales despertaron  en los consumidores a raíz de los escándalos financieros que comenzaron a conocerse (y de los cuales el caso de Enron es quizás uno de los más emblemáticos).
En ese momento, grandes empresarios -como Bill Gates-descubrieron su capacidad para la “filantropía” y comenzaron a invertir importantes sumas devengadas de sus ganancias en proyectos solidarios como parte de su RSE. Sin embargo, Delgado sostiene que el concepto de RSE no significa conocer la forma en que una empresa “gasta” su dinero, sino cómo lo gana. Y en este punto la palabra “trazabilidad” comienza a tener sentido, porque implica conocer cómo fue elaborado un producto desde su génesis. Por ejemplo, si es una botella de vino, permite conocer si en la cosecha de la uva con que fue elaborado hubo trabajo infantil o si se utilizaron pesticidas no autorizados, entre otras cosas. En definitiva, permite conocer la ética con la que trabaja una empresa.

—¿Por qué para vos la RSE implica saber cómo una empresa gana su dinero y no como lo gasta?
—Porque es más importante saber cómo lo gana. Te doy algunos ejemplos: cómo se gasta sería saber si yo ayudo a algún comedor, hago filantropía o asistencialismo, que está bien y no lo cuestiono. Pero si una empresa crea un producto que tiene trabajo infantil en su cadena no es una empresa socialmente responsable.

—La trazabilidad es importantísima para la RSE
—Claro, eso es cómo se gana y no cómo se gasta. Es cómo construyo ese producto. Si puedo no tener trabajo infantil  pero además lograr que los hijos de mis empleados vayan a la escuela, tengan una formación y eso sea parte del trabajo social del empresario, que excede a su acuerdo laboral, al pago del  sueldo o el jornal, es una forma de inclusión.

—El concepto es muy nuevo, ¿desde cuándo se empieza hablar sobre RSE?
—La conciencia sobre la responsabilidad llegó hace unos 20 años cuando comenzó a verse que algunas empresas transnacionales eran más poderosas que muchos países. Si listábamos los países y sumábamos su Producto Bruto, en el lugar sexto o séptimo, aparecía una empresa; con la diferencia que un país tiene una complejidad de gestión, mientras que una empresa puede estar conformada por una familia, como Fiat, Arcor o General Motor,  por ejemplo.

—¿Son los Estados o los empresarios quienes comienzan a desarrollar este nuevo concepto?
—El concepto aparece cuando se toma conciencia del poder que tiene administrar una organización empresarial, por la facturación, la cantidad de empleados, el lobby, una serie de cuestiones. Son los mismos empresarios los que dijeron: “Ojo, si no tenemos una forma de autocontrol, lo nuestro no va a ser sustentable en el tiempo”. Ahí comienzan a conocerse los términos “sustentabilidad”, “inclusión”, como conceptos preservativos de la empresa.

—El ambiente también comienza a ser importante a partir de ese momento
—Por supuesto. Antes alguien veía una fábrica echando humo y decía: “Aquí hay trabajo”. Ahora dice: “Aquí hay contaminación”. El desarrollo de las comunicaciones también influyó porque hoy, se conoce rápidamente que un barco está cazando ballenas en el Sur y un chico de 15 años puede subir la noticia en el Facebook o darla a conocer por SMS en los celulares y causar una revolución. Todo esto hizo que la empresa se volviera más vulnerable a la legitimidad social. Es más fácil que a una empresa le caiga un grupo de ambientalistas que la Gendarmería. Es más fácil comprar el peso de la ley que la legitimidad social.

—Las comunicaciones lograron que la gente tenga más información.
—Hoy a una empresa no le basta con decir: “Hemos ganado plata”, sino que debe preguntarse: “¿Cuál es el impacto social de nuestra actividad?”.Y eso hace que los accionistas tengan otra valoración de la empresa.

—Por ejemplo la formación de capital social
—Sin dudas, y ése es el gran desafío. Por eso el concepto de RSE está avanzando hacia el de responsabilidad social ciudadana. Para operar hoy no hace falta solamente la autorización de la municipalidad, hace falta la licencia social, porque es más fuerte la condena social que la legal.

—¿Cuál es la conciencia del empresario sanjuanino con respecto a la RSE?
—Hay distintas iniciativas. De hecho estoy en un grupo que está armando Pacto San Juan, una asociación civil que está vinculada a una red nacional que está trabajando por la responsabilidad social no solamente empresaria, sino de todas organizaciones que tienen que ver con agregar valor o formar parte del tejido social, no sólo incluye a las empresas.

—San Juan tiene en general una conducta individualista, o sea que viene un trabajo arduo
—Es difícil, pero el desafío está dado porque San Juan ha cambiado mucho. Creo que es producto de que la sociedad ha tomado mayor conciencia del valor que tiene como organización y que esto se traduce rápidamente en resultados que dinamizan el turismo, la industria. En siete años he visto un cambio fundamental. Hay sanjuaninos que hacen prácticas de responsabilidad social sin darse cuenta; de manera intuitiva. Hay conciencia de responsabilidad y ganas de involucrarse.

—Ejercer los derechos y deberes de ciudadanos es lo que da el pie para comenzar el cambio
—Sin dudas. A veces pensamos que porque pagamos un producto ya somos responsables. No, a veces comprando un producto o un servicio estamos comprando bolsones de inequidad social.

—Del 1 al 10, ¿cómo están las empresas locales en RSE?
—No estamos en el 0 ni tampoco en el 10. Creo que hay empresas que sin dudas no están contribuyendo a la RSE, están destruyendo valor ambiental, social y económico, y creo que hay otras que están haciendo un muy buen trabajo. No hay una línea media, pero sí hay una evolución en un sentido muy positivo de empresas que no hacen marketing de esto sino un compromiso profundo.

—Del 1 al 10, ¿cuánta conciencia tiene el consumidor sanjuanino de la RSE?
—Ahí estamos más verdes.  Estos procesos se aceleran cuando los consumidores entran a formar parte de esta cadena. Como empresa me veo más motivada a desarrollar prácticas de legitimidad social a medida que tengo consumidores que me eligen por eso. Si sólo me eligen porque soy muy barato, a veces lleva a poner en tela de juicio el pago de impuestos o de cargas salariales. En ese punto San Juan está menos desarrollado que desde las empresas. El consumidor debe saber que detrás de su elección hay una cadena  de valor que puede destruir o agregar valor social a un producto. Y creo que en este punto es fundamental  el trabajo de la escuela.

LOS 3 EJES DEL RSE
Para Marcelo Delgado, cualquiera de los sanjuaninos que quiera comenzar a trabajar en RSE, tiene que pensar en tres ejes.

El primero y más importante es la inclusión.
"Tiene que ver con la justicia social. No podemos tener un concepto Nación o de Provincia, si hay gente que está excluida de lo más básico y peor si está excluida a costa de las empresas. Con esto que digo: si fomentamos el trabajo infantil, si no nos acordamos de los viejos, de los enfermos, tenemos prácticas laborales esclavizantes, productos que engañan a la gente y prácticas abusivas de poder que significan someter al otro. No puedo ganar el dinero degradando la dignidad del otro", expresa.

El segundo eje es crear un ambiente de negocios que tenga pautas éticas o morales que excedan lo legal.
"No basta con cumplir la ley. Sabemos que se pueden hacer trampas y tenemos experiencia en eso. La idea es superar la exigencia legal para ir a una exigencia ética y moral. Un empresario puede ser ética y moralmente responsable y al mismo tiempo tener empresas rentables", explica Delgado.

El tercer eje es la responsabilidad del consumidor.
"Si tenemos consumidores irresponsables, no cerramos el círculo. El consumidor debe preocuparse no sólo de la funcionalidad del producto sino también de quién lo hace y cómo lo hace. Y estar dispuesto a pagar por aquellos productos o servicios que están ética y moralmente hechos y a decir No a un producto hecho en base a la desigualdad social".

PERFIL
Nombre: Marcelo José Delgado.
Estado Civil: Casado con Valeria Alejandra Lerchundi.
¿Qué escuchas?: "Soy fanático de la radio y escucho Cadena 3, 24 horas al día. Me gusta el folclore y el pop en música. Me gusta el folclore de San Juan, como Susana Castro, por ejemplo".
Hijos: 3. "Una cordobesa, uno sanjuanino y una sanjuanina".
¿Qué leés?: "Todo lo que tenga que ver son filosofía y teología. Leo otras cosas que me son útiles, pero eso me gusta"
¿Qué ves?: "No veo películas porque me duermo. La última fue Titanic (risas). Me gusta ver noticias y deportes, el motociclismo, el fútbol y el tenis y La Ventana".
¿Cocinás?: "Poco y nada. Viví siete años solo y afortunadamente los otros dos compañeros con los que vivía cocinaban muy bien".
¿Cuál es tu comida preferida?:  "El asado y las papas fritas con huevo frito".
Cómo te gustarían que te recuerden: "Como alguien que no se conformó nunca  con el espacio vital que lo rodeaba, que siempre trató de ampliarlo".



Nota publicada el 17 de julio de 2009 en El Nuevo Diario.

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"Si una empresa crea un producto que tiene trabajo infantil en su cadena no es una empresa socialmente responsable", afirmó.