Walter Stoermann: "El estrés en San Juan tiene el mismo nivel que en Buenos Aires"

Por primera vez un sanjuanino está al frente de la Federación Argentina de Cardiología. Si bien nació en La Plata, toda su vida transcurrió en San Juan y se considera de acá. Afirma que en nuestra provincia ya se practica el 95 por ciento de las cirugías cardiovasculares que se hacen.

En un consultorio de pequeñas dimensiones, donde no faltan libros, un escritorio, una computadora y un par de sillas, el flamante presidente de la Federación argentina de Cardiología se dispone a hacer una pausa en su quehacer cotidiano para atender a los requerimientos de El Nuevo Diario. Joven, vital y tranquilo, Walter Stoermann siente orgullo por la manera en que se mira a San Juan desde afuera. En cuanto a prevención, piensa que el programa debe ser a largo plazo. “Que no dure ni un mes ni un año”, dice.

“Nací en La Plata pero he vivido toda mi vida en San Juan”, aclara. Sus padres son sanjuaninos y él llegó a la provincia con apenas un año cumplido. Hizo la primaria en la Escuela Modelo y la secundaria transcurrió en la Industrial Domingo Faustino Sarmiento. Luego partió a La Plata donde se recibió de médico en la universidad pública. La residencia de cardiología fue en el Hospital San Juan de Dios, también en La Plata. De ahí se fue a España, donde se especializó en Ecocardiografía. Siguió por Estados Unidos hasta que en 1997 volvió a San Juan para ejercer en su terruño.

- ¿Nunca antes un sanjuanino presidió la Federación argentina de Cardiología?
- Cuando se funda la Federación Argentina de Cardiología hubo un sanjuanino, Américo García, que fue un excelente gobernador de San Juan. Él participó en la formación de esa federación que se separa de la Sociedad Argentina de Cardiología. Fue un hecho político, institucional y científico. Se dio en virtud de diferenciar lo que era la concepción de cardiología dentro de la General Paz en Buenos Aires y la concepción en las provincias. Se quiso promover un desarrollo cardiológico en todo el país. Así se funda la federación en el año 1965. A partir de ahí, la Sociedad de Cardiología de San Juan ha tenido una activa participación. Y como bien dice, es la primera vez que un sanjuanino va a dirigir la Federación argentina de Cardiología. Esto es un reconocimiento no sólo a mi persona sino a la Sociedad de Cardiología de San Juan.

- ¿Cuáles son las enfermedades cardíacas más habituales en San Juan?
- La epidemiología de las enfermedades cardiovasculaes hoy por hoy es universal. Hay un grupo etario de hombres y mujeres de entre 40 y 50 años que por factores como el estres, tabaco, diabetes, hipertensión arterial y colesterol, padecen enfermedades coronarias. La enfermedad coronaria sigue siendo hoy estadisticamente una de las de mayor mortalidad dentro de las enfermedades cardiovaculares. Esto se da en San Juan, en el resto del país y también en el extranjero.

- ¿Aumentaron también las patologías en San Juan a raíz del estres?

- San Juan ha tenido un incremento de su masa crítica laboral en niveles de alta responsabilidad. Por lo tanto, el nivel de estres también ha aumentado. Eso hace que la incidencia de enfermedades cardiovasculares hoy se equipare a Buenos Aires, Córdoba o Tucumán.

- ¿Qué incide más en las patologías cardiovaculares: estres, tabaco, sedentarismo, diabetes, hipertensión arterial o colesterol?
- No hay un solo factor de riesgo. Es un cúmulo de estos factores que hacen que un paciente sea más proclive a tener un infarto de miocardio o un problema cardiovascular. El sedentarismo es uno, el estres hoy es altísimo, el tabaco es uno de los principales y luego la hipertensión, el colesterol y la diabetes. Un dato interesante es que hoy las mujeres, a partir de los 40 o 45 años, cuando pierden su protección hormonal, están igual o más expuestas que los hombres. Esto es un dato epidemiológico importante. Hoy la cardiología moderna no ataca sólo a un factor de riesgo. Se tiende a hacer un screening de riesgo en el paciente. Una cosa es que el paciente tenga alguno de los factores y otra cosa es que tenga todos.

- ¿Desde Salud Pública se hace prevención?
- A nivel nacional hay una fuerte predisposición a iniciar campañas de prevención. En esto San Juan no ha estado ajeno. Las campañas cuestan en su implementación. La prevención no es solamente responsabilidad del Estado, también es responsabilidad de las sociedades científicas y de todos los médicos. Por eso nosotros tenemos que tener una participación activa. Lo que hay que hacer es congeniar un plan entre el Estado, las instituciones privadas, las entidades científicas y la comunidad.

- ¿El argentino tiene incorporado el cuidado de su corazón?
- Yo creo que la población argentina tiene ya instalado el concepto de prevención. Esto no es así en todas las poblaciones. Por ejemplo, en Estados Unidos no están tan concientizados y tienen tremendos problemas de alimentación y sobrepeso. Esto debe ser un programa de desarrollo que no dure ni un mes ni un año, es a largo plazo.

- ¿Es factor de riesgo el energizante que toman los chicos mezclado con vodka o espumante?
- No hay un trabajo científico hecho con la rigurosidad estadística que demuestre que una cosa o la otra sea de altísimo riesgo. Lo cierto es que cualquier bebida alcohólica en exceso produce enfermedades cardiovasculares. El energizante con vodka produce en el organismo estimulaciones simpáticas que hacen que el corazón trabaje con más frecuencia cardíaca, con más presión arterial y una descarga de estímulos que lógicamente son perjudiciales para la salud. Por eso se recomienda tomar alcohol moderadamente. La bebida que recomendamos es el vino tinto. Al resto de las bebidas alcohólicas, desde el punto de vista de la salud cardiovascular, habría que evitarlas.

- ¿Y el consumo de viagra?
- El viagra no es más ni menos que una medicación. Como toda medicación tiene sus riesgos y beneficios. Indicada en pacientes que lo necesitan es un medicamento que se puede tomar tranquilamente con sus debidos controles. De hecho, la vida sexual es un punto importante en cualquiera de nosotros. Los pacientes cardiovasculares tienen que tener un poco más de cuidado. No está contraindicado, se puede tomar. Te diría que el 90 por ciento de pacientes cardiovasculares pueden tomar viagra en forma controlada. Ningún exceso es bueno.

- En cuanto a tratamiento de cardiopatías, ¿hay una salud para quien puede pagar y otra salud para el que no puede?
- No, hoy no está al alcance de todos. Pero justamente nos hemos planteado nuevos desafíos. Desde la Federación Argentina de Cardiología queremos interactuar en conjunto con el desarrollo tecnológico y hacerlo homogéneo en todo el país. Nuestro objetivo es que cualquier paciente que vaya a un centro público o a un centro privado sea atendido con la misma calidad de atención. Hoy existen condiciones para eso. En la parte privada, acá en la provincia, se han desarrollado instituciones de altísimo nivel, a la altura de cualquier lugar del país. Y el Estado ha desarrollado hospitales de muy buen nivel tecnológico. En el Hospital Rawson se está haciendo cirugía cardiovascular, algo impensado hasta hace un tiempo.

- ¿Se hace un trabajo conjunto entre lo público y lo privado?
- Justamente, lo que lleva a una mejor atención de los pacientes no es solamente la tecnología ni el acceso a un buen profesional. Lo que se intenta hoy en las políticas de Salud es tener un plan integrado entre las sociedades científicas, el Estado y los actores privados. Creo que en San Juan tenemos una oportunidad muy buena porque se dan las tres condiciones. Tenemos las sociedades científicas, tenemos una Salud Pública que está dotando a los hospitales de una altísima tecnología y tenemos las instituciones privadas. Lo que tal vez falta un poco es coordinar estos tres factores.

- ¿En San Juan se practican todo tipo de intervenciones quirúrgicas para el corazón?
- En la parte pública y en la privada, San Juan hoy está preparada para hacer más del 95 por ciento de las cirugías cardiovasculares que se hacen. Por ahí falta algún tipo de metodología y tecnología para hacer el 100 por ciento. Pero la cantidad de pacientes que hoy tienen que ser derivados a otras provincias es cada vez menor. Esto es parte de nuestro desafío y creo que lo estamos logrando.

- ¿Se sigue haciendo el bypass?
- Sí. El bypass es un arma tan importante, como la aspirina, como los medicamentos, como la angioplastia o la prevención. Lo importante es saber qué paciente lo necesita y a quién indicárselo. Hoy tenemos cirujanos de excelente nivel y anestesistas de gran nivel. Esto ha permitido que la cirugía haya cambiado. Hoy se hacen bypass con el corazón latiendo. Por eso cambió la calidad de vida del paciente y la recuperación. Ya no se hace la misma cirugía de hace 20 años. Se ha avanzado mucho. Esto se practica tanto en la parte pública como en la privada.

- ¿Conoció al doctor René Favaloro?
- Sí. Yo lo conocí en el Hospital San Juan de Dios, de La Plata. Allí teníamos una intensa actividad científica y él nos visitaba cada tanto. Lo que admiré de él es su empuje, las ganas de progresar y las ganas de darle al país lo mejor. Independientemente de haber sido un gran cirujano y reconocido en todo el mundo. Imaginate, está en el cuadro de honor del American College of Cardiology, no hay muchos ahí. Él podría haber vivido en el exterior perfectamente, pero decidió apostar por su país.

- Se está tratando de legislar en el país sobre muerte digna y eutanasia, ¿cuál es su opinión sobre el tema?
- Creo que es una legislación que hay que discutirla y buscarle una solución. Nosotros convivimos diariamente con este tipo de problemas. Los médicos y el paciente necesitan un resguardo legal y espiritual de acuerdo a las creencias de cada uno. Nuestra tarea es luchar por la vida. La muerte digna es un tema que hay que tratar y no ponerse nervioso a la hora de debatirlo. Es importante que se legisle, por más antipático que parezca.

- ¿Existe el ensañamiento terapéutico?
- No creo que exista. No me parece que sea un problema. Los médicos hacemos todo lo que esté a nuestro alcance para salvar la vida. Sí ante determinadas patologías, o ante la decisión de un paciente de no prolongar algún tipo de terapia, bueno, me da la impresión que hay que considerarlo.

- ¿Qué sensación le queda cuando no puede hacer nada y se le muere un paciente?
- La desazón es muy grande. Cuando un paciente se nos muere sentimos un absoluto fracaso y frustración. De todas maneras hoy se trabaja en forma multidisciplinaria. Esto quiere decir que las decisiones sobre un paciente no las toma un solo médico sino un conjunto de médicos. La tranquilidad que se tiene que dar es que actuamos con honestidad, con capacidad, hemos discutido el caso y hemos ofrecido lo mejor.



NOTA PUBLICADA EN EL NUEVO DIARIO EL 16 DE DICIEMBRE DE 2011.

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Walter Stoermann.