Barrio Aramburu

Aunque sus vecinos más orgullosos comenten que el Aramburu es el más grande de Latinoamérica, lo seguro es que es el barrio sanjuanino con mayor cantidad de viviendas.

Habitado por figuras tan célebres como el cantautor Rodolfo Páez Oro, el Aramburu empezó a poblarse desde 1983, cuando San Juan era conducida por Eduardo Pósleman, el último gobernador de facto antes de que retornara la democracia meses después.

Ante la presencia del gobernador Pósleman, el 16 de julio de 1983 se realizó una ceremonia para formalizar la primera entrega de viviendas del barrio, inaugurado en tres etapas. Se construyó sobre un lugar donde antes habían fincas de unos parientes lejanos de la madre del prócer Domingo Faustino Sarmiento, recuerda Isidro Ariza, que vive en la zona desde antes que se entregara el barrio diseñado por el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV).

 

Con sus 45 hectáreas, el Aramburu tiene 1.256 viviendas (entre casas y departamentos). Es el barrio sanjuanino con mayor cantidad de unidades habitacionales, asegura el ingeniero Oscar Torres Lobato, jefe de la división Agrimensura del IPV. Más de 7 mil personas viven en el Aramburu, según calcula Nancy Díaz de Quiroga, miembro del triunvirato que dirige la unión vecinal del barrio ubicado en Rivadavia.

 

Aunque la mayoría de sus vecinos señalen como uno de sus mayores orgullos a la Parroquia María Madre de Dios (ubicada en una de las zonas más elegantes del barrio), ninguno pasa por alto un par de sucesos que hicieron tristemente célebre al Aramburu: el primero, la histórica fuga ocurrida el 3 de noviembre de 1999. En aquella ocasión escaparon 26 presos del penal: algunos de ellos tomaron en su huida rehenes en el barrio.

 

El segundo de los lamentables episodios ocurrió el 10 de abril del 2007. Ese día el reconocido hockista Alejandro Rodríguez era asesinado a metros de la casa de su madre. Ambos episodios ocurrieron en el área 13 del barrio, justo donde está la Comisaría 27.

 

Además de contar con ese servicio policial, el barrio tiene todo lo que uno puede encontrar en grandes ciudades. Desde un polideportivo que enseña fútbol a los chicos para alejarlos de la marginalidad, hasta una biblioteca. Desde un registro civil hasta un área de protección a la mujer golpeada, sin olvidad la sala de primeros auxilios y una infinidad de negocios comerciales. – Servicios en el barrio

 

Caminar por sus calles es encontrarse con un montón de carteles de Sportivo Desamparados, un equipo de fútbol que tiene bastantes admiradores en el Aramburu. Hasta tal punto llega el orgullo de sus vecinos que el barrio tiene un sitio en Facebook, creado por Federico Vila, un estudiante de 26 años satisfecho por tan buenos vecinos.

 

La escuela primaria del barrio se llama Marino Bartolomé Carreras, en honor a un ex gobernante de facto en la provincia. Propulsor de la reconstrucción de la ciudad de San Juan tras el terremoto de 1944, Carreras gobernó desde 1956, durante la presidencia de Pedro Aramburu.

 

Hace cinco años, la sociedad sanjuanina y la clase política comenzaron a debatir la posibilidad de cambiarle el nombre al barrio Aramburu, para dejar de rendirle homenaje al ex presidente de facto que derrocó al gobierno de Juan Perón. Pero los vecinos "no querían cambiarle el nombre. No les importaba quien era Aramburu\'' cuenta el reconocido artista plástico Hugo Vinzio Rosselot, al recordar que muchos prefirieron defender la identidad del barrio sin alterarle el nombre.

 

Escultor pintor y dibujante, Vinzio Rosselot es uno de los tantos vecinos ilustres del Aramburu, donde vive también el diputado provincial Edgardo Sancassani. Aunque el inolvidable tonadero Rodolfo Páez Oro y el destacado guitarrista Alejandro Dávila también habitaron el barrio que nació cuando se cocinaba el retorno de la democracia.

 

Fuente: Diario de Cuyo

GALERIA MULTIMEDIA
Inforgrafía del Barrio. Fuente: Diario de Cuyo
El barrio es como una pequeña ciudad. Entre otras instituciones, cuenta con su propio registro civil, sala de salud, una escuela primaria y otra secundaria, un polideportivo y una seccional de policía. Fuente: Diario de Cuyo.
Puntadas finales de una colosal obra. Todavía no había pavimento, pero los obreros ya estaban dándole las puntadas finales. Fuente: Diario de Cuyo.