Tres crisis en una

Tres crisis en una vivió San Juan en los años ’80.

1) La crisis nacional. El fracaso de las políticas implementadas por el Proceso de Reorganización Nacional, el crecimiento vertiginoso de las deudas por los intereses bancarios y la estampida del dólar y la hiperinflación de finales de la década, representaron un cuadro muy difícil de superar para las empresas.

2) La crisis del modelo productivo. La falta de diversificación de la economía sanjuanina trajo una evidente insatisfacción a la creciente y variada demanda laboral.

3) La crisis vitivinícola. El descenso del consumo de vinos comunes o de mesa y la aparición de nuevos gustos en los consumidores, trajo la descapitalización de los productores, potenciada por la influencia cada vez mayor del minifundio y el atraso tecnológico de la industria.

Mientras las deudas de los viñateros crecían en los bancos, San Juan vivió un hecho inédito: la drástica disminución y envejecimiento de sus bienes de trabajo. Aproximadamente la mitad del parque de tractores y camiones quedó en manos de bancos, fue vendido en otras provincias o se deterioró por el paso del tiempo.
A la “primavera artificial” generada por las maniobras del Grupo Greco, que hicieron crecer en forma increíble los precios de los vinos, siguió una etapa de sinceramiento en la que quedaron en evidencia problemas estructurales como la sobreproducción de uvas comunes, la elaboración de vinos “sin identidad”, la existencia de 5 mil productores de menos de 2,5 hectáreas y de más de 8 mil con extensiones inferiores a las 10 hectáreas, superficies consideradas insuficientes para la producción rentable de uvas, y una industria no adaptada tecnológica ni en capacidad de gerenciamiento a las nuevas condiciones que imponía el mercado.

Los sucesivos gobiernos bloquistas intentaron enfrentar esa realidad mediante una serie de leyes que promovían la diversificación económica. Fue así como se sancionaron las leyes provinciales de promoción industrial, promoción minera, fraccionamiento de vinos en origen, diversificación de los usos de la uva y fomento del algodón de fibra larga. Paralelamente se lograba la incorporación de San Juan al Acta de Reparación Histórica de la que ya gozaban las provincias de Catamarca, La Rioja y San Luis, por la que la Nación promovía la radicación de industrias. Esto hizo que se concretaran radicaciones que significaron la creación de más de 7 mil puestos de trabajo. Varias de esas industrias aún permanecen en San Juan aunque hubo otras empresas que sólo aprovecharon los beneficios para luego levantar los emprendimientos. Una gran pérdida de esos años fue el levantamiento de la fábrica de aviones Chincul, que se había transformado en la principal empresa exportadora de la provincia.

Paralelamente, el Estado provincial debió suplir la falta de capacidad del aparato productivo para satisfacer las demandas laborales, especialmente en el sector joven profesional, transformándose en dador de empleos, lo que fue generando un estrangulamiento de las finanzas públicas y una incidencia cada vez mayor de la masa salarial en desmedro de la obra pública.




Fuente: Libro “El Siglo XX en San Juan”. Autores Juan Carlos Bataller y Edgardo Mendoza. Impreso en el mes de octubre de 1999

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Crisis vitivinícola. El descenso del consumo de vinos comunes o de mesa trajo la descapitalización de los productores.