JOSÉ CORTÍNEZ: Un intendente nacido en Chile

Llegó a San Juan cuando era adolescente. Hizo carrera política de adulto y se convirtió en el primer intendente de la Capital. Sus contemporáneos lo reconocieron como uno de quienes más hizo por el crecimiento de la provincia.




Las crónicas históricas se concentran y le dedican párrafos y párrafos a su rica y amplia trayectoria en la función pública. Y no es para menos. José Pedro Cortínez es considerado, desde su tarea política, uno de los precursores del progreso que experimentó la ciudad y la provincia en el siglo XIX, que hasta le valió un reconocimiento expreso del propio Domingo Faustino Sarmiento.

 

José nació en Chile, el 3 de marzo de 1843. Allí se habían exiliado sus padres por ser unitarios, pero cuando era un adolescente volvieron a San Juan. Después de participar en la sangrienta batalla de Paraguay, con sólo 22 años, se dio cuenta que la vida militar no era lo suyo y arrancó una brillante carrera política que lo coronó como el primer intendente municipal de la Capital, un cargo que se creó ese año, con la modificación de la Ley del Régimen Municipal.

 

La ciudad sufrió una profunda transformación urbanística, con obras consideradas de mucha utilidad para la calidad de vida de los sanjuaninos. Sobre todo, la de haber completado las pavimentaciones con canto rodado para evitar que el polvo de las calles siguiera invadiendo el ambiente. Además, extendió el radio de atención del Registro Civil, arboló la avenida de acceso al cementerio y en la Plaza 25 de Mayo hizo brotar el primer chorro de agua en la pila central, lo que causó la atención del pueblo por ser una ornamentación novedosa para la época.

 

Era un hombre con vastos conocimientos edilicios, pero su legado excedió este ámbito. Como inspector de Agricultura y Obras Públicas organizó juntas municipales y logró neutralizar los efectos de la eterna revenición con la construcción de numerosos desagües que fueron a dar al conocido arroyo Los Tapones.

 

Pero no todo fue obra a partir de su inserción en la función pública. Su deseo por apuntalar al crecimiento de San Juan hizo que no dudara en meterse la mano al bolsillo cuando hizo falta. Uno de los tantos ejemplos sucedió en Alto de Sierra, en Santa Lucía: compró un terreno y se lo donó al gobierno para que trasladara allí una escuela que, en 1991, fue rebautizada con su nombre. Así fue Cortínez.

 

Su vida se apagó en diciembre de 1902, tras haber ocupado cargos de toda índole. Fue diputado y senador provincial, estuvo al frente del Banco Popular de San Juan y en reiteradas oportunidades comandó los destinos de la ciudad como Inspector General de Policía -antes de la reforma, equivalía al cargo de intendente-. Fue un profundo admirador de Sarmiento y en vida recibió, tal vez el mejor homenaje. En una carta que le envía a su gran amigo Juan Albarracín, el prócer enumera y destaca las obras de Cortínez y dice que "ha adelantado la ciudad".

 

Familia destacada

 

Los hermanos de José Cortínez también llegaron a ser personalidades distinguidas de la sociedad sanjuanina. Indalecio fue un destacado médico que perdió la vida en el desastre de La Rinconada junto a Antonino Aberastain. Santiago ocupó una banca en el Congreso Nacional y fue ministro de Hacienda en las presidencias de Sarmiento, Avellaneda y Roca.




Fuente: Diario de Cuyo. 13 de junio de 2007

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Sobre la calle Cortínez