La tonada, y el cogollo que la define

El cantar representativo de la cuyanidad afloró en 1820 y es legítima expresión lírica de nuestro pueblo. Lo anterior en este terreno del canto y de la música fue prolongación española de la época colonial.

Como danzas, tuvieron fuerza y perduraron la cueca y el gato. Nuestro cantar tradicional cuyano es la tonada con cogollo. Vale decir que la tonada no es solo un canto de los muchos que se cultivan, sino que debe completarse con el elegante cogollo como ofrenda lírica. El cogollo siempre es ofrecido con caballerosidad y con gracia. A veces picaresco, a veces romántico, lo ofrenda el cantor a una mujer de su preferencia, al dueño o dueña de casa, a un amigo, y quien lo recibe lo valora en su más alto significado. Hay una expresión popular usada desde remotos tiempos y que perdura hasta hoy: “Las tonadas son tonadas y se cantan como son”. Esto no aclara nada a los que buscan signos definitorios o aclaraciones, lo que sí aclara es que en su gran mayoría son una explosión de sentimientos donde sobresale lo pasional, amatorio, quejas, resentimientos reales o ilusorias infidelidades. No es paisajista.

No existe otro cantar que ostente cogollos. Este es privativo de la tonada. Durante el siglo XIX, siglo de la tonada, nadie la cantaba sin él. Hoy, en esta
proliferación de formas, suele cantársela sin la justeza y el respeto por su tradición nativa. Es más, en muchos casos que he visto y oído en nuestro peregrinar por el país, los artistas que la interpretan, tal vez por tener en su repertorio una muestra de Cuyo como una de las distintas vertientes folklóricas del país, pero sin profundizar en la investigación, le dan el ritmo de zamba. Equivocadamente por supuesto. Total, el compás musical de 6/8 es el mismo. En una oportunidad en que el maestro Eduardo Falú cenaba en mi casa y a propósito de que el intérprete Abel Pintos había grabado Tonada de un viejo amor como zamba, le pregunté cual era la verdad al respecto. Me contestó: “Esos no saben Mario. Yo he “mamado” la tonada en San Juan en largas horas de encuentros con amigos. Tengo muchos aquí. Tonada de un viejo amor es tonada, no zamba. También hice Cueca del arenal y La Angaquera, cuecas bien cuyanas”.

Esta tonada regional nuestra, ostenta su edad de oro entre 1820 a 1870. En la década del ‘80 inicia su decadencia con la llegada del ferrocarril y de otras fuerzas inmigratorias portadoras de distintas costumbres y gustos artísticos.

Durante ese período de oro mencionado era común que la interpretaran voces femeninas que se acompañaban con guitarra y arpa. Por ejemplo Quien te amaba ya se va en su letra original rezaba: “...supuesta que otra es venida/ se acabarán tus tormentos, ya se va tu aborrecida”.

Historia un hecho real ocurrido en Tunuyán, Mendoza, de una esposa ofendida por las infidelidades de su marido que decide irse a Chile y se despide de él con estos dolorosos versos que han perdurado desde 1874.

Autores de hoy escriben letras de nuevas tonadas, apartándose del argumento antiguo para ser novedosamente descriptivos. Se exaltan el lugar de nacimiento, las viñas, la cosecha, la bodega, el vino, las costumbres y los barrios suburbanos, etc. Es decir, estas nuevas derivaciones señalan fidelidad con lo  tradicional pero enriquecida con paisajes. Por otra parte, la tonada no tenía una estructura determinada hasta que, acertadamente a mi criterio, el Negro Villa, Cacho Valles y otros cultores y sabedores profundos, la imaginaron compuesta de tres partes, con una introducción y dos preludios intermedios. El cogollo en la última estrofa o en el estribillo final. Así me gusta y recordemos que, Tradición es lenta modificación.

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