Época colonial: la ciudad, viviendas, educación y costumbres.

La ciudad


Al cumplir su primer siglo de vida, en la ciudad de San Juan ya se había edificado el Cabildo y la cárcel, con recovas y altos, en la calle llamada, precisamente, “del Cabildo”, hoy General Acha. En la calle opuesta la Compañía de Jesús construyó en 1655 su residencia y colegio. Existían ya, desde 1610 las casas de dominicos y mercedarios, la primera en toda la manzana de lo que hoy son las calles Mendoza, Laprida, Entre Ríos y Libertador; la segunda en toda la manzana de las actuales Mitre, Tucumán, Santa Fé y Rioja. Desde 1631 hay referencias de la ermita de San Clemente y de 1644 era la Iglesia de San Agustín.

En 1712 fue levantada, también por la Compañía de Jesús, la iglesia de San José. Estaba en la esquina de “El Portón” y “Real de las Carretas” (hoy Rivadavia y Mendoza). Ésta fue la iglesia mayor y un siglo después Catedral.
A pesar de algunos adelantos, aún abundaban en la ciudad los baldíos e incluso la misma plaza principal lo era. Las calles no tenían árboles ni acequias.

Las viviendas


Durante más de dos siglos desde su fundación, las viviendas familiares fueron muy humildes. Eran casonas de adobes con techos de caña y barro. Recién alrededor de 1800 los registros históricos hablan de casas con revoques de barro pintados a la cal y a veces un zocalillo de distinto color o revestido de piedra laja. Era característica la ancha puerta a la calle, de hojas macizas de algarrobo, adornadas con clavos de cabeza y un gran aldabón redondo. Las ventanas tenían rejas de madera o de hierro forjado.

Los solares tenían generalmente 24 metros de frente por 60 de fondo, aunque los había mayores. Las casas de las familias más pudientes la puerta abría a un zaguán con arco de medio punto y piso enladrillado o con un camino de lajas, con habitaciones a uno y otro costado Muchas casas tenían hasta tres patios. El primero se comunicaba con la sala en la que se recibían las visitas; el segundo estaba rodeado por las habitaciones mientras que el tercero, al fondo, era destinado a la huerta familiar, la cocina y las industrias domésticas.

Por el fondo de todas las casas corría la acequia que proveía de agua a la familia. Era común ver dos tinas, una para aclarar el agua de consumo y otra para el baño.
  

La educación

La primera escuela sanjuanina habría sido creada por los Jesuitas en 1655, cuando se instalaron por primera vez en la región. Desde entonces y durante toda la etapa colonial y también años después, la enseñanza estuvo en manos de órdenes religiosas. Leer, escribir y sacar cuentas era todo lo que se podía aprender.

Costumbres familiares

La vida familiar en el San Juan de la colonia tenía costumbres y rutinas muy arraigadas. Sólo los hijos varones podían estudiar y ayudar a sus padres en los negocios o la política. Las mujeres se casaban muy jóvenes y estaban totalmente dedicadas al hogar. Muy pocas aprendían a leer y escribir en sus casas.

Luego de un día de actividad, que incluía un almuerzo familiar y una larga siesta, al atardecer las campanas de las iglesias llamaban a la oración. En ese momento la familia se reunía con sus criados y el padre o la madre guiaban el rezo del rosario. Terminado el rosario, y a la luz de las velas, se cebaba mate y luego la familia hacía una comida sobria. Antes de ir a dormir, en algunas casas se jugaba a las cartas o se leía en voz alta.

Los sábados los amigos de la familia se reunían en tertulias en las que se conversaba y se escuchaba tocar algún instrumento musical.
 

Las fiestas religiosas


La vida social durante la época de la colonia estuvo en San Juan estrechamente vinculada a actividades y fiestas religiosas. Semana Santa, Corpus Christi y los días de los patronos San Juan y San Pedro eran las festividades más importantes.

Los días jueves y viernes santo los miembros del cabildo, el clero, los miembros de las órdenes religiosas y la población en general recorría en procesión las cuatro cuadras de la plaza llevando la imagen de Cristo.

Corpus Christi era una de las festividades religiosas más solemnes. La misa se oficiaba por la mañana, con asistencia de las principales autoridades y el clero que por la tarde encabezaban una procesión que caminaba sobre calles cubiertas de pájaro bobo, hinojo y hierba buena. Se levantaban para esta fecha cuatro altares en la plaza.

Para San Juan y San Pedro, los días 24 y 29 de junio, los disparos de arcabuces despertaban a la población que acudía a la iglesia mayor al oficio religioso que contaba con la presencia de las principales autoridades civiles y religiosas. Al atardecer, los vecinos preparaban las fogatas que encendían a la noche.

Diversiones populares

Además de las fiestas religiosas, en el San Juan colonial eran habituales otros entretenimientos populares. Uno de ellos eran las corridas de toros, generalmente programada como espectáculo para algún día de fiesta. El escenario era la Plaza Mayor.

Otro juego que apasionaba a ricos y pobres era la riña de gallos. Muchas casas, especialmente en las afueras, tenían gallos de pelea y había viviendas donde funcionaban los reñideros, en los que se jugaba por dinero.

La plaza y las calles eran también escenarios de carreras de caballos. Los relatos históricos cuentan que en San Juan ya desde la época de la colonia, también se festejaba el carnaval con ruidosas fiestas populares.

Vestimenta colonial

La moda en la colonia variaba según el grupo social. Los más pudientes traían telas de Europa, así como sombreros y otros accesorios. Las damas de alta sociedad vestían al estilo español, con faldas anchas y largas y enaguas bordadas y con puntillas y blusas de encaje o lino. Era habitual el uso de mantillas, peinetones y zapatos con hebillas de plata.

Los hombres de las clases altas vestían capas de paño, pantalones ajustados y calzones de lienzo, camisas de seda y corbatas que terminaban en flecos. Como calzado, usaban botas adornadas con incrustaciones de plata.
Las personas de menos recursos vestían de manera sencilla, con prendas que ellos mismos confeccionaban con telas de algodón y lanas de guanaco o vicuña. Era común el uso del poncho.
  

San Juan en las invasiones inglesas

En junio de 1806 una flota británica desembarcó en Buenos Aires y las tropas tomaron el fuerte. La resistencia del pueblo venció a los invasores, que finalmente se rindieron. Todos estos hechos eran desconocidos en San Juan hasta que el virrey Sobremonte ordenó que los prisioneros de guerra fueran internados en Cuyo. En octubre y diciembre de 1806 llegaron dos grupos que sumaban alrededor de 280 soldados ingleses. Fueron albergados en una
casa-prisión que fue refaccionada para ello, pero muchos fueron hospedados por vecinos de San Juan, mientras otros fueron enviados a Valle Fértil.

En 1807 y luego de un segundo intento de invasión, Inglaterra firmó la capitulación y se decidió la entrega de prisioneros. Los que estaban en San Juan fueron conducidos a Buenos Aires en una tropa de mulas. Según numerosos historiadores, alrededor de 17 ciudadanos ingleses se quedaron definitivamente en San Juan y aquí formaron sus familias.

Ilustraciones: Miguel Angel Camporro

Ver también: Época colonial: población, gobierno, economía, transportes


Fuentes consultadas:

Peñalosa de Varese, Carmen y Arias, Héctor: Historia de San Juan, Editorial Spadoni, Mendoza, 1966
Videla, Horacio: Retablo Sanjuanino, Universidad Católica de Cuyo, San Juan, 1998
Videla Horacio: Historia de San Juan - Tomo I (Época Colonial) 1551-1810, Academia del Plata, Buenos Aires, 1962

GALERIA MULTIMEDIA
Durante más de dos siglos desde su fundación, las viviendas familiares fueron muy humildes.
Así eran las rejas que tenían las ventanas de muchas viviendas en el San Juan colonial. Están expuestas en el Museo Histórico "Agustín Gnecco".
Utensilios de la cocina colonial. Estos objetos se encuentran en el Museo Histórico "Agustín Gnecco" de San Juan.
Luego de terminar el rosario la costumbre de cada familias era cebar mate a la luz de las velas.
Este arpa es uno de los instrumentos utilizados en las tertulias, hoy conservado en el Museo Histórico "Agustín Gnecco".
Los días jueves y viernes santo la población en general recorrían en procesión cuatro cuadras de la plaza llevando la imagen de Cristo.
La moda de esa época variaba según el grupo social.
La fotografía muestra algunas de prendas que confeccionaban y utilizaban las mujeres sanjuaninas en la época colonial. Las mismas están expuestas en el Museo Histórico "Agustín Gnecco".
La fotografía muestra algunas de prendas que confeccionaban y utilizaban las mujeres sanjuaninas en la época colonial. Las mismas están expuestas en el Museo Histórico "Agustín Gnecco".
Este gráfico muestra la distribución de edificiosen la ciudad entre fines del Siglo XVI y principios del XVII. Fuente: Roitman, Dora: San Juan, la ciudad y el oasis, EFU, 1996
Este gráfico muestra la distribución de edificiosen la ciudad entre fines del Siglo XVI y principios del XVII. Fuente: Roitman, Dora: San Juan, la ciudad y el oasis, EFU, 1996
Durante más de dos siglos desde su fundación, las viviendas familiares fueron muy humildes.
Así eran las rejas que tenían las ventanas de muchas viviendas en el San Juan colonial. Están expuestas en el Museo Histórico "Agustín Gnecco".
Utensilios de la cocina colonial. Estos objetos se encuentran en el Museo Histórico "Agustín Gnecco" de San Juan.
Luego de terminar el rosario la costumbre de cada familias era cebar mate a la luz de las velas.
Este arpa es uno de los instrumentos utilizados en las tertulias, hoy conservado en el Museo Histórico "Agustín Gnecco".
Los días jueves y viernes santo la población en general recorrían en procesión cuatro cuadras de la plaza llevando la imagen de Cristo.
La moda de esa época variaba según el grupo social.
La fotografía muestra algunas de prendas que confeccionaban y utilizaban las mujeres sanjuaninas en la época colonial. Las mismas están expuestas en el Museo Histórico "Agustín Gnecco".
La fotografía muestra algunas de prendas que confeccionaban y utilizaban las mujeres sanjuaninas en la época colonial. Las mismas están expuestas en el Museo Histórico "Agustín Gnecco".