AGUSTÍN GÓMEZ: Final atróz con sangre y balas

Dueño de un personalidad de hierro, murió asesinado de nueve disparos cuando tenía sólo 40 años. Fue gobernador, senador nacional y jefe de Policía y se enfrentó a los más encumbrados dirigentes políticos nacionales y provinciales.





Aunque le sobraban los amigos y el prestigio entre sus comprovincianos, también tenía fuertes detractores. Murió violentamente en febrero de 1884 durante una reunión improvisada de dirigentes políticos en el centro sanjuanino. 

En cuestión de segundos, los asesinos asaltaron la casa donde se llevaba a cabo el encuentro y lo mataron de nueve balazos mientras intentaba huir del horror. Agustín Gómez fue el único que sufrió las consecuencias del ataque y eso trajo la certeza: Era un atentado contra el senador en ejercicio. 

Los motivos nunca se aclararon del todo. Pero hay hechos que arrojan algunas pistas. Al morir Gómez tenía 40 años, todo un futuro por delante y un pasado sobrado de méritos. Pero en su precóz trayectoria política, estuvo envuelto en varias polémicas. 

Una de ellas sucedió unos seis años antes de su muerte y marcó su carrera para siempre. Antes de alejarse del cargo de gobernador, para el que había sido elegido en 1878, el bandido Santos Guayama murió fusilado mientras estaba detenido en la cárcel. La noticia repercutió en los medios nacionales y algunos sectores le atribuyeron a Gómez el armado del violento crimen. 

Al momento de su propio asesinato había otra polémica que lo tocaba y tenía que ver con las altas esferas del poder nacional. Las crónicas de la época daban cuenta de la mala relación que mantenía con el presidente Julio Argentino Roca.

A pesar de haber respaldado a Roca en su candidatura de 1880, al poco tiempo rompieron relación y se convirtieron en acérrimos enemigos. Los motivos del enfrentamiento fueron varios, pero la historia marca uno especial: Se decía -como lo afirmó el escritor César Guerrero- que el sanjuanino le hacía sombra al mandatario nacional en la política del interior del país.

De joven, Gómez era mucho más inquieto. En 1873, con 29 años, encabezó el movimiento revolucionario que derrocó al recién asumido gobernador Benjamín Bates. La jugada no le salió bien, ya que el gobierno nacional investigó los hechos locales y después de reponer a Bates, Gómez fue castigado con un encausamiento militar en Mendoza. 

Además de gobernador, fue inspector general de Milicias, Intendente general de Policía, diputado provincial y nacional. Durante su gobernación se reformó la Constitución de San Juan y se introdujo en ella el sistema bicameral.

Su violenta muerte conmocionó al país y fue reflejada por los medios de comunicación más importantes. En su sepelio estuvieron personalidades de la talla de Leandro Alem, Aristóbulo del Valle, Augusto Sarmiento, Santiago Cortínez y el general Lavalle, entre otros, quienes salieron a demandar justicia multitudinariamente y a viva voz.

 

 

 Fuente: Diario de Cuyo. 13 de Junio de 2007

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Sobre la calle Agustín Gómez
Infografía sobre la calle Agustín Gómez