Ariel Sampaolesi: “La Fiesta del Sol me parece algo maravilloso”

El actor y director de teatro Ariel Sampaolesi fue entrevistado por Juan Carlos Bataller en diciembre de 2017 para el ciclo “Qué hiciste con tu vida”

—Ariel, el apellido Sampaolesi me parece un apellido de carrocería ¿no?
—¡Es un apellido de carrocería! Era una fábrica de carrocería de mi abuelo, se llamaba “carrocería Sampaolesi”. De hecho anda dando vuelta por ahí en mi casa un sticker que se pegaba con agua detrás de los asientos de los colectivos. Era una gran fábrica que estaba en Trinidad. Ahora en ese lugar está El Avispero, que es el teatro que tenemos junto a un grupo de actores y creadores desde hace 15 años.

—¿Ese abuelo tuyo había nacido en Argentina o en el extranjero?
—Mi abuelo sí, el apellido es italiano y mi otro apellido es Maldonado.

—¿Qué recuerdos tenés de tu padre y tu abuelo?
—A mi abuelo paterno no lo conocí, se murió cuando yo tenía 2 años de un cáncer fulminante. Con mi abuelo materno si tuve una relación más estrecha porque vivíamos a una cuadra. Tuve una infancia muy ligada a mis abuelos en Rawson.

—¿Y cómo era ese abuelo?
—Siempre lo recordé de una forma maravillosa, era un radical muy discutidor, muy sanguíneo, demasiado. Era los que golpeaba la mesa en medio de una comida, discutía siempre algo relacionado con la política.

—¿Y tú vieja como salió?
—Mi vieja es una persona muy moderada, pero bastante hinchapelotas. Tengo una relación de amor odio con ella. Fue una persona muy laburadora, se jubiló y entró en una especie de depresión grande porque no quería dejar de trabajar. Fue profesora de Historia, muy sobreprotectora.

—¿Algún chancletazo de vez en cuando?
—Muchísimos. Su carrera de Historia la hizo cuando nosotros éramos chicos. Mientras estudiaba, ya andábamos rompiendo los huevos en la casa. Éramos tres muy seguidos en edad e insoportables. De vez en cuando un chancletazo volaba y no se murió ninguno (risas)

—¿De Sampaolesi padre, que recuerdos tenés?
—Mi viejo era transportista, tenía un par de camiones. Transportaba mucha uva a Mar del Plata, al mercado central. Tengo muchos recuerdos con él en la ruta, de 18 horas hasta la costa. Mi relación con él tuvo distintas etapas. En la última etapa lamentablemente estábamos complicados.

—A lo mejor porque te dedicabas demasiado al teatro
—No, venia por otro tipo de cosas, por mi personalidad, por las cosas que voy eligiendo, por las ideas que tengo. Capaz hubo algo que se rompió en la adolescencia. Si mi viejo viviera en la actualidad yo tendría otro tipo de relación. Hubiera comprendido algunas cosas. Pero se murió y no nos encontramos.

—¿Tu infancia cómo fue?
—Una infancia hermosa, en mi casa había un fondo gigante. En las siestas hacíamos de todo. Prendíamos fuegos en rincones donde no se podía, muchas travesuras. Mis padres se ocuparon que viviéramos tanto mis hermanos como yo en una especie de burbuja, bien y no tan expuestos con el mundo exterior. Cuando yo empecé a hacer teatro a los 17 años, fue cuando comencé a viajar mucho sólo, hice como un despegue.

—De ese mundo ¿te quedaron amigos?
—Sí, de la escuela primaria no tanto. Tengo algunos amigos de la escuela secundaria. Anda dando vuelta un grupo de Whatsapp, pero no me llevo bien con esos grupos, de vez en cuando me salgo. Tengo un par de amigos entrañables, logré una afinidad y trascendió en el trabajo.

—De ese mundo ¿te quedaron amigos?
—Sí, de la escuela primaria no tanto. Tengo algunos amigos de la escuela secundaria. Anda dando vuelta un grupo de Whatsapp, pero no me llevo bien con esos grupos, de vez en cuando me salgo. Tengo un par de amigos entrañables, logré una afinidad y trascendió en el trabajo.

—Tenés amigos y seguidores también.
—Parece, che... Eso me ha pasado mucho en el teatro con algunas obras que hice. Las personas me decían la vi 6 veces, y otro decía yo 8 veces, ese tipos de cosas están muy buenas. Uno labura con la gente y el público, de eso se trata este tipo de profesión, estoy muy ligado a la aceptación o no de la gente.

—¿Cómo fue tu acercamiento al teatro, hubo una persona que influyera?
—Cuando tenía 17 años, una compañera llamada Karina Ortiz me dijo “vamos hacer un taller de teatro con Kummel en el teatro Sarmiento”. Le dije bueno, vamos, pero no tenía idea. Nunca había visto una obra de teatro, no éramos una familia muy habituada a ir al teatro. Estamos hablando del año 92, el teatro en San Juan no tenía el desarrollo que tiene en este momento. Fue una decisión que tomé para compartir con mi compañera de secundaria un lugar social. A la tercera clase decidí que era el lugar donde quería estar.

—Te deslumbró...
Me fascinó. Kummel era una persona que tenía un carisma muy especial, transmitía el compromiso y el amor hacía un oficio. Al poco tiempo de estar en su taller, empecé a participar en un grupo que Kummel tenía llamado “Nuestro Nuevo Teatro” fundado en 1973.

—Digamos que Kummel fue quien te metió el virus del teatro...
—Sí, era un personaje maravilloso. Lo vi poco tiempo antes de su muerte en su casa y fue un encuentro súper bonito. Empezó a decirme algunas cosas que jamás me había dicho. Él era un tipo conectado con la naturaleza, con las cosas sencillas.

—Kummel era actor y ademásmimo...
—Si, actor y mimo. Había incursionado en la danza, titiritero. Kummel fue uno de los primeros que incursionó en el teatro de objetos de manipulación directa dentro de la escena argentina, cuando todavía no aparecía El Periférico de Objetos o algunos grupos que fueron legendarios en ese tipo de estética.

—¿Se puede vivir cómo actor de teatro en San Juan?
—Hay algunas cosas que se pueden hacer, docencia teatral, gestión cultural. Hay algunos casos de actores, directores y actrices que si pueden vivir de la actuación. El teatro sanjuanino en los últimos años ha tenido una gran proyección nacional. Por ejemplo, el grupo como “La no tan negra” que trabaja en El Avispero y otro es David Gardiol.

—De pronto empezaste a trabajar en medios. Recuerdo tu paso por radio Sarmiento. Hiciste una mañana distinta.
—Sí, “El loco del pueblo” se llamaba. El periodismo es lo primero que yo quería hacer. Me regalaron un grabador que podía grabar voces con cinta todavía. Recuerdo que pasaba muchas horas jugando a pasar música y hacer programas de radio.

—De pronto desapareciste de la radio. ¿Qué pasó? ¿Fue un metejón, una prueba tuya o el medio que dijo hasta acá nomas llegamos Sampaolesi?
—Yo estaba en la facultad estudiando periodismo y al poco tiempo comencé una pasantía en Diario de Cuyo. Después de ahí pasé a Radio Sarmiento. Me llamó un día Emilio Ventura, apareció una primera cosa que fue hacer una contracara del periodista Alejandro Flores que hacía en ese momento un programa llamado “Flores de mañana”. Ese programa anduvo muy bien, pero Alejandro se fue y yo pasé a hacer la conducción. Al año siguiente inicié un programa que duró 9 años en radio Sarmiento y en Colón también, que se llamó “El loco del pueblo”. Pude complementar la formación periodística o interés que tenía por preguntar con la posibilidad de hacer personajes. De repente parecía que había 10 personas en la mesa y éramos 4. El programa duraba 4 horas de aire, diarias y había que estar muy al pie del cañón en muchas cosas.

—¿Te cansaste?
—Yo tenía otros intereses, en ese momento comprendí que quería hacer otras cosas. Quería ponerme a trabajar en cuestiones referidas a la gestión y decidí dejar de lado los medios de comunicación.

—¿Cómo nace tu vinculación con la Fiesta Nacional del Sol?
—Fue un llamado telefónico que recibí de Irene Ferreyra, que era la directora ese año. Me preguntó si tenía ganas de hacer la dirección teatral, le respondí que si en ese momento y creo estuvimos 6 horas conversando sobre la propuesta.

—La Fiesta del Sol es el único mega espectáculo que produce San Juan, es una puesta importante.
—Además es buenísimo porque el Estado se convierte en productor del espectáculo.

—El tema es generalmente motivo de discusión antes, durante y después de la Fiesta del Sol. Lo que demuestra que a la gente le importa. La ultima fiesta que dirigiste había gente que dijo que no te había entendido y vos dijiste que no te importaba que no la entendieran...
—El tema de la independencia, lo que pasa es que no me importa discutir sobre este tema. En esta conversación que nosotros estamos teniendo, que tiene un lenguaje desde las cámaras, tiene un lenguaje nuestra palabra, todo comunica. Cada persona que nos está viendo desde el otro lado está comprendiendo una cosa diferente. Cada uno habrá entendido lo que quiso entender y un poco de eso se trata el arte. No hay que dejar las cosas tan cerradas, tan atadas con un moño, debe haber algo que el espectador pueda elaborar después.

—El tema de la Fiesta del Sol, a diferencia con cualquier otra puesta que se realice, se piensa que como está el Estado de atrás tiene que ser representativa de un sanjuaninismo.
—Igual es algo que se ha instalado ahora. En ese momento, entré en el 2010 y la última fiesta que produje fue en el 2016, estuve en siete fiestas y la idea que tenía el Gobierno en ese momento era que la fiesta tuviera una proyección internacional. Que lo que se contará allí fuera una historia nuestra pero a su vez fuera una historia del país y que se pudiera contar hacia afuera.

—¿Te parece una buena iniciativa hacer una fiesta así?
—Me parece maravillosa. Primero, es una fiesta que le da trabajo a muchas personas. Después, hay algo muy ingenioso de cómo la promoción del turismo puede estar ligada a la cultura. ¿Cómo vamos atraer el turismo? Haciendo grandes campañas mediáticas o lo vamos a atraer dándole trabajo a nuestra gente para desarrollar un evento que hace que la provincia suene en otros lugares.

—Si bien económicamente estamos muy atrás de Mendoza, culturalmente no estamos atrás de ninguna provincia ¿no?
—Yo he visto este crecimiento en San Juan exponencial y grandísimo en los últimos años, específicamente en el ámbito teatral. Teniendo en cuenta que Mendoza es una provincia con mucha tradición teatral, con muchos maestros, con una escuela de teatro que tiene 30 años y una fiesta que tiene más de 50 años de trayectoria.

—En la música, en otros campos, se está dando la autogestión, algo muy importante y que comienza a darse en el teatro ¿no?
—Es un fenómeno muy interesante que está en permanente evolución. El hecho de que haya un escenario tan grande como el teatro del Bicentenario, también legítima la tarea de las salas de teatro independiente que llevan 10 o 15 años laburando.

—Uno tiene la imagen tuya a través de Lili y de pronto te ven opinando de diversos temas.
—Sí, soy Lili, la becaria de Gioja. Soy geminiano, tengo como 7 u 8 personalidades más o menos. Me pongo muy grave cuando estoy serio, tengo como una visión bastante pesimista del mundo y de las cosas. Me gusta tener la osadía de reírme de algunas cosas porque si no tiendo a dramatizar y a deprimirme. El invierno es una estación que me deprime.

—¿Hoy a qué te dedicas?
—Estoy dirigiendo el taller del teatro universitario que es un concurso al cual me presenté el año pasado. A su vez he vuelto a producir teatro, tengo muchos proyectos en carpeta. Me gusta estar en contacto con la naturaleza, disfruto mucho de un rincón que tengo en Zonda donde paso momentos de ocios largos y prolongados.

—La vida afectiva, ¿te casaste o no lo hiciste nunca?
—No me casé, no creo que lo haga. He tenido parejas, novios y novias. En este momento estoy solo, ¿puedo dar mi celular? (risas)

—Vamos a terminar haciendo un programa tipo Galán (risas)
—Yo nunca viví en pareja, creo que puse mucho la libido en la cuestión laboral. Una vez escuché decir en una entrevista a una actriz que se llama María Fiorentino, que se había casado con el teatro. Somos muchos a los que nos pasa esto.

—¿No te imaginas dentro de 10 años con un matrimonio formal con hijos?
—Bueno, ahora que está el matrimonio igualitario capaz que sí. No sé, tuve muchos problemas para sostener la convivencia con mascotas, no sé si podría criar a un chico. Me veo solo casado con el arte.

—En San Juan es difícil decir lo que se piensa, hay gente que se siente muy liberal pero al momento de preguntarle es como que se esconde.
—Sí, pasa esa situación. Somos una sociedad muy conservadora, menos conservadora que Mendoza, porque somos más pobres. Yo me considero un tipo común, soy un negro kirchnerista. Cuesta asumirse socialmente como gay, como bisexual, como una persona que ha tomado otros caminos e incluso cuesta este tipo de profesión como el teatro.

—¿Todavía existe esta condena social?
—Sí, pero en algunos sectores cada vez menos. A esto lo relaciono con lo que está pasando culturalmente en San Juan. Mientras más posibilidades de laburo y de legitimación tengan los espacios de la cultura, esto se irá aplacando cada vez más. Pero por el momento sigue existiendo la condena social.

—Una de las cosas que yo escuché de tus discursos es que esta sociedad es careta y lo has planteado a través de los medios. Pero este “caretismo” está en todos los sectores, incluso si hablás con un muchacho que te puede decir “mira yo soy homosexual” te lo dice en privado y no públicamente.
— Y si..., porque hay que asumir otras cosas ¿no? Por ejemplo, hay que asumir qué pasa con la familia de uno.

—La idea de este ciclo es “Qué hiciste con tu vida”. ¿Has sido feliz?
—Sí, soy una persona súper feliz.

—¿Pero podés ser feliz las 24 horas del día?
—Y no…, pero trato. Trato de reírme, de compartir un vino con un par de amigos. Me gusta mucho reírme de todo lo que pasa.

—Creo que la música siempre es la expresión más importante de los pueblos, es lo único que es universal. Entonces ¿cómo terminamos esta entrevista, con qué tema?
—Terminamos con un cantante y compositor inglés que se llama Damon Albam, de Gorillaz. Es una música que me gusta mucho, me conecta con un montón de emociones y recuerdos muy interesantes.



Cómo lo vi
Estos tiempos globalizados nos están cambiando. Casi diría, las personalidades exuberantes van dejando lugar aceleradamente a gente que masivamente van asumiendo imágenes en las que predominan determinados cortes de pelos, tatuajes, vestimenta, androginia... Sí, casi, casi, un desfile de uniformados.
¿Y el resto? Acá estamos. Viendo como cada día la mayor parte de la gente muere de una especie de sentido común progresivo. Si, casi, casi, aburrimiento.
De pronto aparece un personaje como Ariel Sampaolesi. Rompe los modelos imperantes y también provoca a los señores aburridos. Ariel mezcla la persona con el personaje, los conflictos con la valentía, la prudencia con el arrojo. Analiza el afuera pero muestra el adentro. Y el periodista sabe que al entrevistarlo su oficio se ganó el día.
JCB



El perfil psicografológico Por: Elizabeth Martínez Grafoanalista
* Su margen izquierdo es muy pequeño y la línea del renglón muestra un descenso brusco, mostrando tendencia a mantenerse apegado a situaciones del pasado que lo habrían marcado, posiblemente relacionados con la figura materna (puede ser la madre, abuela o alguna figura femenina importante en su vida). Estos acontecimientos, a pesar de un activo intento de alejarlos de su memoria, aun tendrían cierto peso sobre él. Sin embargo se detectan recursos defensivos operando con fuerza en la búsqueda de la resolución de los mismos.

* Su escritura es cursiva, mostrando transparencia, fluidez en su forma de ser. Se mostraría tal cual es, sin necesidad de utilizar fachadas sociales.

* La inclinación de las letras es hacia la derecha, pudiendo manifestar facilidad de contacto, tendencia a la búsqueda de actividades que incluyen a otras personas.

* Su estado de ánimo correspondería al de una persona que pese a las posibles fluctuaciones, en general mostraría entusiasmo, fuerza, motivación. Poseería un adecuado monto de energía vital que le permitiría tender al éxito.

* Persona que posiblemente presenta rasgos de creatividad, sería rápida y ágil.



Entrevistas y textos: Juan Carlos Bataller
Edición para TV: Mariano Eiben
Mixer: Luciano Bataller
Diseño: Miguel Camporro
Cámaras: Nicolás Mercado
Grafología: Elisabeth Martinez
Caricaturas: Lucho Velazquez
Desgrabación textos: Joana Icazatti
Maquillaje: Charly Ramos


Entrevista realizada por Juan Carlos Bataller, entre noviembre y diciembre de 2017. Publicada en La Pericana número 107 del viernes  11 de mayo de 2018, en la edición 1816 de El Nuevo Diario

          

GALERIA MULTIMEDIA
Ariel gateando.
Ariel de pequeño
Ariel junto a sus hermanas y sobrino
Ariel en “Feroz”, una obra que le dió grandes satisfacciones
"El rey Lear" la obra de Ariel Sampaolesi representada en el espacio El Avispero.
La “Cepa Madre (interpretada por Alejandra lloveras) y el Dios Baco (Ariel Sampaolesi) en la Fiesta Nacional del Sol 2012
Manuscrito de Ariel Sampaolesi que permitió hacer el estudio grafológico a la profesional Elizabeth Martínez
En Telesol, conduciendo el programa “Por lo menos”
Lili, la becaria de Gioja, uno de sus personajes más recordados.
Ariel Sampaolesi en una caricatura realizada por Lucho Velázquez
Ariel Sampaolesi entrevistado por Juan Carlos Bataller, en el ciclo "Qué hiciste con tu vida".