Jorge Dario Bence: Un auténtico prócer de la cultura sanjuanina

Darío Bence fue entrevistado por Juan Carlos Bataller en septiembre de 2018 para el ciclo Qué hiciste con tu vida.

-Vamos a charlar como si estuviéramos en su casa. ¿Cuándo nace Jorge Darío Bence? Porque usted es Recabarren de apellido.
-Justamente la familia Recabarren en este momento se está reuniendo periódicamente. Hay un propósito, que es la idea de un sobrino, de reunir a todos los Recabarren de nuestro país y del hermano país de Chile, porque vienen del mismo tronco genealógico.

-¿O sea que su familia es de origen chileno?
-No, es de origen español. Vascos, de Navarra. De ahí son todos los Barren y de allí vinieron tres hermanos. Uno se quedó en Chile y los otros dos llegaron acá. Esa es la base del árbol genealógico que nos une a todos los Recabarren y vienen de una legitimidad arriera. Todos coincidieron en dedicarse a lo mismo. La hacienda fue su riqueza originaria, de eso vivieron.

-¿Su padre fue el primer inmigrante que llegó a Argentina?
-No.

-¿Hay otras generaciones anteriores?
-Sí, varias generaciones anteriores. Están los de Zonda, esos son Agustín y Miguel, que fueron los primeros. Después han venido varios, por ejemplo un primo hermano de mi padre, Miguel Segundo Recabarren, que firmaba Miguel Manuel Segundo pero con un número. Da la impresión de que era una sucesión de “Manueles”.

-¿Pero su padre nació en Argentina?
-Sí, mi padre era nacido acá, de Albardón.

-¿Qué recuerdos tiene de su padre?
-Todos, fui un gran seguidor de mi padre. Me cautivaban sus charlas porque era buen conversador y tenía muy buena relación con algunos extranjeros que llegaron por la guerra. Esos fueron los temas que yo escuchaba desde niño en sus conversaciones. Me quedaba dormido en su pecho cada vez que charlaba porque eran charlas prolongadas. Y de él aprendí  mucho de lo que conozco folclóricamente porque la familia viene de la época en la que la industria requería de transporte y el transporte de esa época eran los carros.

-Acá la tropa más antigua creo que se llamó “La oriental” y que llegó a tener casi cien carros.
-Claro, vienen de las carretas. El tropero Sosa fue el encargado de la numerosa tropa de carretas que iban y venían a Buenos Aires desde Mendoza. El tropero Sosa es de origen mendocino.

-El padre de Sarmiento también era tropero.
-También era tropero. El arriero es precisamente adonde orienta su labor poética y literaria Buenaventura Luna, porque el gaucho es de la pampa húmeda, el nuestro es el arriero. El arriero que tiene vinculación con la civilización que llega a través del Pacífico, no hay relación con el Río de la Plata, salvo excepciones.

-¿Qué recuerdos tiene de su madre?
-Mi querida madre era descendiente de aborígenes, era Gordillo de apellido. Mi abuela, Estanislaba Gordillo, era la mamá de mi madre, fue integrante de la primera comisión protemplo de Santa Bárbara en Mogna. Ella era moquinera. ¿Por qué son moquineros originalmente? Porque el nombre original era Moquina, después se castellanizó.

-Por ahí andaría Martina Chapanay.
-Anduvo y está todavía. A los pies del templo está su tumba.

-¿Y cómo era esa familia entre un Recabarren tropero y una madre moquinera?
-Ellos se unieron a través de la labor de mi padre, porque él fue maestro mayor de obras en la época en que eran constructores, iniciaban y terminaban una casa completa. Es más, su oficio lo llevó a incursionar en las piletas para vino. Trabajó para Gargantini en Mendoza y sus piletas fueron muy famosas porque confeccionaba perfectamente la bóveda y hasta podían pasar carros por arriba de la pileta y no pasaba nada negativo.

-¿Cuántos hermanos eran?
-Tenemos dos tandas de hermanos. Está la primera de cinco y luego nosotros, los de la última tanda somos tres hermanos. Somos 8 en total y algunos por ahí que también se han escapado al registro pero hay sangre.

-¿Usted estudió acá en San Juan?
-Yo estudié acá en San Juan. Fui alumno de la Escuela Nacional 32 en Las Lomitas, Albardón. Asistí a dos traslados de la escuela antes de que llegara al edificio actual que fue construido en la época de Perón, en un terreno donado por mi tío, Manuel Segundo Recabarren, de quien le hablaba recién. Él fue maestro y director de esa escuela, desde su origen. En el extremo del callejón Recabarren estaba la casa de los Recabarren donde funcionaba la escuela. Después donó el terreno para el actual edificio, que hoy es Escuela Regimiento de Patricios.


Años de niñez:
-¿Cómo era la niñez de un chico en ese Albardón?
-Yo he pasado muy poco tiempo de mi niñez en Albardón, durante los primeros grados de la primaria. Después pasé a ser alumno de la escuela Esteban Echevarría en Árbol Verde porque mi padre tenía una familia amiga que vivía cerquita. La familia eran los Tello, que eran de plena confianza de él. A mí me dejó allí para que desde ahí fuera a la escuela. Allí comencé mi labor de animador y conductor de espectáculos, en primero superior.

-¿Tenía siete u ocho años?
-Sí, era el bastonero en el Pericón que se hacía en las fiestas patrias. Además, de los actos patrióticos o de los aniversarios de la escuela también era el maestro de ceremonia.

-¿De dónde viene eso?
-Pienso que me lo inculcaron los maestros, dos que fueron mis preferidos: Elsa Boero, hija del ingeniero Boero, ella fue mi maestra de quinto grado; y en sexto mi maestro fue Douglas Picón. Fueron muy dedicados a la clase, al cuidado del alumno y el seguimiento. Ellos descubrieron que  yo tenía buena voz y que podía ser maestro de ceremonia. Ellos alimentaron intelectualmente los textos que yo leía o me aprendía de memoria y causaba muy buena impresión, sobre todo en los inspectores de la época, que iban a presenciar los actores escolares.

-¿Y cuando nace Bence?
-Ahí viene ya mi trayectoria, posterior a mi paso fugaz por la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento.


Nace el actor
-Ah, estudió en la Escuela Industrial.
-Fui alumno de primer año. Lo completé y me retiré porque tuve que empezar a trabajar, mi padre no podía hacerlo. Entonces yo pasé a ser un poco el sostén de la familia. Yo tenía trece años cuando ocurrió el terremoto de 1944, ahí me trasladé a Mendoza y para no perder el año escolar fui a la casa de mi hermano que vivía allá y concurrí a la Escuela Antequeda, que estaba en Barraquero, donde comienza Godoy Cruz. Ahí fui hasta que me vine. Ahí comenzó mi inquietud artística de formar una compañía de teatro. Formé un elenco con mis vecinos, de ambos sexos, y la dirección era de mi parte. “El Grito de Alcorta” fue la primera obra que puse en escena, que es un alegato social.

-¿Era teatro o radio teatro?
-No, era teatro. La radio vino después y fue especialmente por Martín Sanz padre, que era locutor y actor, y una profesora de arte escénico que vino de Buenos Aires, Elba Contreras. Todos los aficionados de la época fuimos sus alumnos y ella decía que yo tenía porvenir en esta labor. Tanto es así que ahí nace el seudónimo de Jorge Darío Bence.

-¿Cuál fue la primera novela que hizo?
-“Lucero, el hijo del odio”, de radioteatro. Radio y teatro porque anteriormente hice novelas solo para radio, con el creador de “La pandilla del tío Melchor” en San Juan, que era Alejandro Hidalgo, un actor chileno. Él se la deja a Alberto Vallejos cuando parte de regreso a Chile.

-Era un furor el radioteatro y el teatro.
-Es que había dos emisoras en San Juan. Entonces, la sintonía era obligada. En cualquiera de las dos radios había una preferencia por el radioteatro. Don Carmelo López Arregui fue un hombre que estuvo a cargo de la representación de Argentores en San Juan. Él venía de México y fue quien inició el radioteatro en San Juan, en Radio González, antes de que fuera LV5 Radio Los Andes y después fue Sarmiento.

-Y el primer nombre creo que fue Radio del Mercado y de ahí pasa a ser Radio González.
-El problema de radio es que LV1 cumplió los 88 pero LV5 es anterior, lo que pasa es que al principio  no había receptores. Las emisiones de radio no tenían destino, todo era un intento. Ahí llegó López Arregui con sus inquietudes de radioteatro, que él traía de México.

-La historia del teatro y el radioteatro en San Juan es apasionante. Por acá pasó mucha gente que después fue muy famosa.
-Correcto, pero más que famosos vinieron hombres y mujeres que se integraron a los valores innatos que tenía San Juan. Esta fue una cuna de actrices y actores intuitivos pero muy capaces. Oscar Donaire, Liliana Dávila no venían de la academia ni de la escuela de arte, eran intuitivos. Fueron a participar en un concurso en Mendoza con un actor, Peña, que trabajaba acá en San Juan y fueron declarados profesionales.

-Entre otros estuvo, Elcira Olivera Garcés.
-Claro, estuvo de paso y vino Laura Hidalgo.

-Y Leonardo Favio incluso.
-Bueno, Laura es la madre de Leonardo y el hermano de él trabajó conmigo en radioteatro, en Mendoza.

-¿Y se podía vivir de ese radioteatro?
-Sí. Si hacías una novela de éxito “se paraba” como decían en esa época.

-Se salía después a todos los barrios.
-Hacíamos giras y automáticamente la gente se interesaba  por el éxito de la novela. En una oportunidad, en Mendoza, yo tuve la ocasión de competir, dicho así sin ninguna pedantería, con la actriz que venía haciendo pareja con Francisco de Paula. Era una pareja de radioteatro de Buenos Aires. Ellos hacían “La Gringa” y yo hacía “Felisa Tolosa, que mujer tan mentirosa”. El representante de Argentores en Mendoza, Actis, un griego, dice que él los acompañaba porque ellos no conocían Mendoza. Los acompañaba a programar las fechas de actuación y la gente le decía “Si es la Tolosa sí”.

-Lo que era interesantísimo era cómo hacían los efectos, la lluvia…
-Eso ya venía de una escuela de sonidistas.

-Y se hacía todo en vivo
-Sí, en vivo. Había una mesa para los efectos sonoros, una puerta que servía únicamente para efectos y la lluvia era con plomo para cartucho, las municiones puestas en una caja de zapatos. La hacían deslizar de un lado a otro. El incendio se hacía con una hoja de papel de diario, la movían en el micrófono y producía el efecto de las llamas.

-Eran tiempos donde estaba la complicidad de la imaginación del oyente. Había que ganarle a la imaginación.
-Lo que pasa es que el oyente ponía todo. Por eso el oyente se decepciona después con la televisión, porque le dan todo servido. Lo priva del derecho de imaginar.

-Yo encontré fotos, algunas que me dio Alberto Vallejos, donde él está montado en un caballo en alguna representación.
-Claro, se hacían los desfiles previos a la puesta en escena.

-Y se juntaban multitudes en los barrios para ver la obra.
-Y bueno se ha dado un caso acá en San Juan con “El León de Francia”, cortaban el tránsito en calle General Acha, porque la gente se reunía a escuchar el capítulo que amplificaba la emisión de radio en el negocio de Ivanier, y la gente iba a escucharlo. Si alguien andaba fuera de casa iba a escucharlo ahí.

-Me imagino que un actor era un tipo famoso en San Juan.
-Por supuesto. Alberto Vallejos, Oscar Donaire, Armando Castro, han sido figuras relevantes. Las damas lo mismo, Ernestina Romero, Liliana Dávila, damas jóvenes y características, era tan importante un rol como el otro. El protagonismo de esos personajes ganaba la simpatía o la antipatía. Había actores que eran odiados por ser los villanos. Mientras más se hacían odiar más exitoso era el personaje.

El folklorista
-De pronto sale Alero Huarpe.
-Fue una cosa detrás de la otra. Precisamente cuando llega la televisión a San Juan pierde vigencia el radioteatro, llevaron el teatro a la casa de la gente. Ahí entendí que terminaba la vida del radioteatro. Algunos colegas, incluido mi hermano Lolo Recabarren, no aceptaron este desafío. Pero yo si, por eso nace el Alero Huarpe. Era la inquietud a través del folclore, de la leyenda y de parte de la historia, de montar un espectáculo para anfiteatro, donde la televisión no tenía acceso y sí se podía reunir gente. En esa época nacieron las “Alegres fiestas gauchas”, que era un movimiento de jinetes, gente de la tradición, que iban con sus aperos, sus costumbres. Nos movimos mucho, incluso a nivel regional, San Luis y Mendoza participaban. Félix Dardo Palorma, uno de los más grandes exponentes del folclore mendocino, de la localidad de La Paz, me bautizó el predicador de Cuyo por la responsabilidad que asumí a través del Alero Huarpe, que era defender nuestro patrimonio cultural tradicional.

-Tuvo mucha adhesión…
-Hubo una gran adhesión de la gente, de las instituciones. Recibí de Alberto Rodríguez y Julia Vega de Mendoza, conceptuosas cartas de felicitaciones porque hasta ese momento estaba desierto de importancia radial nuestro folclore regional. Lo habían dejado de lado porque siempre nuestro folclore tuvo esa particularidad, que nacía en el ruedo familiar.

Las familias constituían un conjunto, hacían música. Así teníamos familias pudientes que en la misma finca, en los finales de cosecha, hacían una gran fiesta y ahí aparecían las canciones  de los autores lugareños. Así nacieron al éxito valores como Mario “Bebe” Flores, Saúl Quiroga. Ellos participaron, como consecuencia de las inquietudes del Alero Huarpe, de un gran espectáculo que fue el Primer Festival del Folclore Cuyano Auténtico, donde era indispensable que fuera folclore cuyano lo que se mostrara.

-¿De qué año estamos hablando?
-Del año 1968.

-Ya estaba ese fenómeno tremendo de comunicación que fue Radio Colón. Sin duda la radio más importante del interior del país.
-No se puede negar la importancia que tuvo Colón a nivel nacional. Hubo una capacidad en la dirección artística de esa radio, que hizo una selección de voces extraordinaria. Las voces que tenía Colón no las tenía ninguna otra radio en el interior del país.

-Uno se fija en los grandes conductores de la mañana por ejemplo, pero yo recuerdo las siestas con Alero Huarpe, usted mandaba un chasqui y en Valle Fértil era la forma de comunicación que tenían.
-Exacto. Tengo la anécdota de un señor, Santos Mercado. Él tenía propiedades en Ñoquebe, muy pegadito a Chepes. Él me decía “Mire don Darío, después de San Nicolás en La Rioja está usted, todo el mundo está pendiente del programa”.
Los chasquis eran la forma de comunicación que tenía esa gente. Cuando fuimos a estrenar el espectáculo que llevábamos en gira en la localidad de San Antonio, teníamos el problema de que el sonido que llevábamos era eléctrico. Necesitábamos un motor para la alimentación del equipo y no encontré en Chepes, los que había disponibles estaban ocupados. Y me dijeron “¿a dónde va?”. “A San Antonio”. “No se haga problema, acaban de inaugurar la línea de energía eléctrica en San Antonio”. Así que fue un asombro para la gente porque llevábamos muy buen equipo de sonido.

-Lo imagino…
-Y ahí aparece un paisano que viene traslasierra. Desde que lo vimos en la cresta hasta que llegó demoró más de cuarenta minutos. Desmontó, cumplió con el deber de paisano, desensilló, le dio de beber, le puso el morral a la cabalgadura y vino a preguntar quién era Darío Bence. Me contó que iba a buscar correspondencia a la estafeta una vez cada quince días, así que si le llegaba un telegrama en las proximidades de su visita, se juntaba con él a los quince días y la radio lo comunicaba en el acto. Eso lo apreció muchísimo la gente.

-Realmente fue una etapa tremenda de la radio.
-Yo estuve veinticinco años en Colón. En esos años tenía sintonía hasta en Buenos Aires, en los edificios altos escuchaban las emisiones. De Santiago del Estero incluso tenía audiencia.

La vida personal
-¿Se casó alguna vez?
-Sí, yo siempre me casé y a El Nuevo Diario le consta. Me casé y del primer matrimonio tengo seis hijos, cinco mujeres y un varón que es Pascual. Él es el mayor de los varones. Después me casé de nuevo y del nuevo matrimonio tengo cuatro hijos, a la inversa, tres varones y una niña.

-Bravo el hombre.
-No, es simplemente que la semillita va buscando lugar fértil.

-Muchos de sus hijos se han dedicado a conducir programas, uno de ellos conduce la Fiesta del Sol, y tienen el tono de voz suyo.
-Así dice la gente. Es más, nos confunden. En el Festival del Carneo Español trabajamos los dos en el escenario y una señora me decía que se ponía de espaldas, nos escuchaba a los dos, imaginaba quién era cada uno y estaba equivocada.

-Lo más asombroso que he visto es escucharlos a recitar a dúo. Es realmente un dúo.
-Recitamos juntos incluido el nieto y los timbres de voz son similares. Por ahí hacemos un poema que es de mi autoría. Lo hacemos con los tres hijos y con el nieto, porque el otro hijo, Darío, es cantor.

-Algunos dicen “todavía está entero Bence”. En la fiesta de Albardón lo vi actuar y realmente está en sus mejores tiempos, no cambia nada.
-No y fíjese que me siento hasta vigoroso. Yo mismo me asombro porque veo a muchachos de mi edad, como se dice cuando uno llega a maduro: “este muchacho era amigo mío, hicimos el servicio militar juntos”, y los veo muy vencidos. Curiosamente yo soy Bence pero no me he dejado vencer. Estoy todavía en actividad. Estamos haciendo televisión, radio, espectáculos. En Albardón soy número puesto según lo dispuso el intendente, mientras viva voy a ser el maestro de ceremonias de la fiesta mayor del departamento.

-La gente no lo sabe, pero con todas las tensiones de una gran fiesta, subirse a un escenario es una proeza, no es para todos.
-Es una gran responsabilidad, los nervios son los mismos. Usted sube al escenario y por ahí le tiemblan las piernas.

-Es como la primera vez.
-Claro, porque cuando la concurrencia es mucha es grande la responsabilidad por lo que uno va a decir y hacer. Además, el elenco en general depende de uno, porque va haciendo nombre y va predisponiendo al público. Yo digo que la labor del animador es la bandeja del mozo. Allí está todo lo que va a consumir. Todo va en la bandeja. Esto es lo que hace el animador. Predispone a la gente a disfrutar el espectáculo.

-¿Hay una receta para llegar a su edad con una memoria asombrosa como la suya? además tener su predisposición, usted siempre está en la palestra pública y en buen estado.
-Le aseguro que el escenario me compromete de tal manera que me exige. Lo que yo brindo me lo exige la pantalla, el micrófono o el escenario, y respondo con lucidez.

-Tal vez frente al micrófono o sobre el escenario uno se olvida si tiene gripe, reuma, o lo que sea.
-Por supuesto. Es más, las escaleras y rampas de los escenarios también lo obligan a uno a estar en estado.

-Una pregunta que le hago a todos, que tal vez en su caso sea ociosa pero ¿ha sido feliz en su vida?
-Fíjese que no le respondo inmediatamente porque pienso que la felicidad es muy fugaz. Le pasa a usted como me pasa a mí y a la mayoría de la gente, no sé si habrá alguna excepción. Cuando hay algo que nos produce gozo, para mí ese es el momento de felicidad. La llegada de un amigo, el reencuentro con alguien al cabo de varios años. Lo digo porque tengo los años. A mí me pasa de encontrarme con amigos de la infancia que me sorprenden y esa sorpresa me produce un momento fugaz de felicidad. Entran los recuerdos a acarrear cosas que ya no están. Como cuando uno recuerda algo y dice “te acordás…” y no tiene a quién preguntarle si se acuerda. ¿Se da cuenta? Entonces el único que recuerda eso es uno.

-¿Y ese momento de encontrar a alguien de su generación le trae felicidad?
-Eso es para aprovecharlo pero en serio. Tengo amigos, amigos de verdad, de esos que nos son indispensables. Aunque  uno no está permanentemente con ellos, cada encuentro con ellos es para disfrutarlo.

-¿Qué le interesa de la vida en general, la lectura, la televisión, el cine?
-La lectura me apasiona. Soy adepto también a la televisión, a lo que me interesa. Tengo algo escrito por ahí donde digo “sé percibir un consejo si se da con el ejemplo, que el adulto sea espejo donde se miren los niños, que donde media el cariño anda sobrando el rigor, las bondades del amor se pagan con gratitud, las huellas de la virtud son el camino de Dios”.

-Aparcero, para despedir este ciclo, ¿cuál es su canción?
-Vallecito. Esa es mi canción por lo mucho que contiene, por lo que dice literalmente y por la melodía que es intuitiva de Buenaventura Luna, aunque la han modificado, no es la original. A él le nació en música y letra. Ese es su mensaje y es el reconocimiento al pasar. Es el manantial donde se refleja la vida y es por fin la muerte, la vieja del negro rebozo pobre y antiguo credo cristiano. Esa fe religiosa que alimentó su espíritu. Él reconoce que Lope de Vega y Fray Luis de León fueron quienes lo reconstruyeron a él, por eso dice que a través de ellos recuperó su viejo libro.


Cómo lo vi

 No hay dos Jorge Darío Bence. Uno lo escucha hablar durante la entrevista y es como si lo sintiera a través del micrófono de una radio o conduciendo un espectáculo. Su voz inconfundible, su decir, sus recitados, su defensa inclaudicable de la cultura regional, son un sello indiscutible mantenidos durante toda su vida.
Todo  en él guarda una coherencia admirable. Autor, actor, conductor, decidor su nombre está asociado a lo mejor del teatro cuyano y la radiofonía.

Por eso y porque ya es parte de la cultura de los sanjuaninos, quien lo entrevista opta por escucharlo, como se escucha a un auténtico prócer viviente de la cultura regional.
JCB.



El perfil psicografológico
Por: Elizabeth Martínez Grafoanalista

 » Se evidencian rasgos que representan lucidez de pensamiento y claridad de ideas.

» Se observa un buen nivel de autoestima, siendo consciente tanto de sus fortalezas como de sus debilidades. Posible expansión equilibrada, sin aparentes estridencias ni inhibiciones.

» Se visualiza una continuidad variable en los enlaces de las letras, lo cual manifiesta razonamiento lógico-intuitivo.

» Se trata de una persona que tiende a comunicarse bien con los demás, pero que solo expondría una parte de sí mismo, sin perder su necesidad de reserva ni su individualidad.

» Por la inclinación del grafismo se revela, capacidad para llegar a la síntesis  de manera equilibrada y dominio de la vida afectiva.

» Posiblemente sus proyectos tienen su base motivacional en experiencias provenientes de vivencias de su pasado.

» La dirección de la onda gráfica manifiesta control del estado anímico y tendencia a enfrentar los obstáculos y dificultades de manera resuelta.

» La proximidad de la firma con respecto al texto, muestra naturalidad, sociabilidad, extroversión e integración social; facilidad para contactarse, practicidad y realismo. Se observa posible sentimiento de seguridad en ámbitos conocidos.



El Sr. Jorge Darío Bence  presenta las siguientes características psicografológicas:

* Se evidencian rasgos que representan lucidez de pensamiento y claridad de ideas.

* Se observa un buen nivel de autoestima, siendo consciente tanto de sus fortalezas como de sus debilidades. Posible expansión equilibrada, sin aparentes estridencias ni inhibiciones.

* Se visualiza una continuidad variable en los enlaces de las letras, lo cual manifiesta razonamiento lógico-intuitivo.

* Se trata de una persona que tiende a comunicarse bien con los demás, pero que solo expondría una parte de sí mismo, sin perder su necesidad de reserva ni su individualidad.

* Por la inclinación del grafismo se revela, capacidad para llegar a la síntesis  de manera equilibrada y dominio de la vida afectiva.

* Posiblemente sus proyectos tienen su base motivacional en experiencias provenientes de vivencias de su pasado.

* La dirección de la onda gráfica manifiesta control del estado anímico y tendencia a enfrentar los obstáculos y dificultades de manera resuelta.

* La proximidad de la firma con respecto al texto, muestra naturalidad, sociabilidad, extroversión e integración social; facilidad para contactarse, practicidad y realismo. Se observa posible sentimiento de seguridad en ámbitos conocidos.

Elizabeth Martinez

Cómo lo vi
No hay dos Jorge Darío Bence. Uno lo escucha hablar durante la entrevista y es como si lo sintiera a través del micrófono de una radio o conduciendo un espectáculo. Su voz inconfundible, su decir, sus recitados, su defensa inclaudicable de la cultura regional, son un sello indiscutible mantenidos durante toda su vida.

Todo  en él guarda una coherencia admirable. Autor, actor, conductor, decidor su nombre está asociado a lo mejor del teatro cuyano y la radiofonía.

Por eso y porque ya es parte de la cultura de los sanjuaninos, quien lo entrevista opta por escucharlo, como se escucha a un auténtico prócer viviente de la cultura regional.

JCB.


           

La nota fue publicada en La Pericana el  viernes 7 de diciembre 2019. En la edición Nº 137

Click para ver todas las entrevistas, incluidas en ellas el video del ciclo Qué hiciste con tu vida en los cinco tomos del libro escrito por Juan Carlos Bataller.

GALERIA MULTIMEDIA
1933 – Jorge Darío Bence a los tres años. La foto fue tomada en la Plaza 25 de Mayo.
El hombre de bigotes que aparece en esta foto es Pascual Recabarren, el padre de Jorge Darío Bence.
Jorge Dario con su hermano Lolo Recabarren cuando este habia sido destacado por senadores de Mendoza. Entre los dos, su hijo Jorge Pascual
Jorge Dario Bence con el Gaucho Pereyra de Albardon y su compadre Ernesto Villavicencio
Jorge Dario Bence entrevistando al Chango Nieto, para su programa “Alero Huarpe”, en los viejos estudios de Radio Colón.
Jorge Dario Bence en Radio Colón, junto Victor Hugo Echegaray, Guido Irribarren, Pepe Peña, Mario Pereyra y Lito Zavaleta
Los hijos de Jorge Darío Bence de su primer matrimonio: Susana, Mabel, Graciela, Analia, Norma y Jorge Pascual
Jorge Dario Bence recibiendo una distinción en el predio Gaucho José Dolores, de Rawson
Jorge Dario Bence compartiendo escenario con el poeta y cantor mendocino, Felix Dardo Palorma y Quito García
Jorge Dario Bence fue homenajeado por el Intendente de Rawson Juan Carlos Gioja, luego de su designación como Prócer de la Cultura Federal en “Fiesta de la Destreza y Folklore Gaucho José Dolores”. Médano de Oro. Febrero 2016.
Jorge Dario Bence junto a su hijo Jorge Dario, su esposa Mónica Isabel Paroli, Javier Jesús, María Lidia, Juan José Recabarren y su nieto Alejandro Mauricio.
Perfil psicografológico de Jorge Dario Bence. Por Elizabeth Martínez Grafoanalista
Jorge Dario Bence en una entrevista con Juan Carlos Bataller
Manuscrito de Jorge Darío Bence, realizado el día de la entrevista, del cual Elizabeth Martínez, analizó el perfil psicografológico del aparcero mayor de Cuyo.
Jorge Dario Bence fue entrevistado por Juan Carlos Bataller en el ciclo Qué hiciste con tu vida en septiembre de 2019