El “Payo” Matesevach. De las rutas al taller

Este artículo fue publicado en El Nuevo Diario, edición 592 del 5 de febrero de 1993

 Antonio Matesevach fue el último ídolo del ciclismo sanjuanino. El “Payo", nacido en la hoy ciudad de Chimbas apareció cuando Vicente Alejo Chancay copaba el sentimiento ciclístico.

Matesevach le peleó la primacía, dividiendo en dos a la afición. Sus duelos en las llegadas al velódromo del Parque de Mayo son memorables. Ambos ídolos pusieron a San Juan en la cúspide del ciclismo nacional, logrando llamar "Capital del ciclismo” a esta ciudad. Llegar segundo en un campeonato argentino suponía una derrota para la provincia.

Matesevach fue campeón trasandino, regional, provincial y cuatro veces subcampeón argentino de rutas (Tucumán, La Plata, Entre Ríos y Mar del Plata). Un accidente, antes de los juegos Panamericanos de Winnipeg, en Canadá, representando a la Argentina, lo marginaron de una posible medalla y le indicaron que no podría competir más. Sin embargo, luchó denodadamente.

Le ganó a la desgracia y volvió y ganó numerosas competencias de gran fondo. Hoy a los 48 años, vive del negocio de bicicletería: arregla y vende bicicletas. Matiza la actividad con los caballos, pues su hija Natalia Lorena practicó el hipismo y ahora estudiará derecho.
Con su esposa Silvia Elena vive la vida llena de amor.

 "Mis duelos con Vicente Chancay fueron deportivamente muy puros. Y me ayudó mucho, pues yo aparezco cuando él estaba en su apogeo. Y como tengo a quién ganarle se me facilitan las cosas. Más tarde surgen ciclistas y no tienen a quién ganarle", dijo a El Nuevo Diario Antonio Matesevach, para agregan "En realidad todos sirvieron para la bicicleta. En mis tiempos hubo muchos valores. El "Pava" Fuentes, el Cacho Bustos, Aurelio Femenía, el "Pelado" y otros. Yo tengo dos etapas muy importantes en la vida: antes del accidente de Winnipeg y después de él. Largábamos 60 o 70 corredores y habían 30 de verdad. Y cualquiera podía ganar.

Actualmente he observado una evolución favorable en el alicaído ciclismo. Existe una tanda de pibes, que pintan bien, con falta de madurez. Tuvimos unos años de dejadez. Raúl Navarro tiene carisma, aunque le falta pulir cosas, corregir errores, pero es guapísimo en la ruta y posee condiciones. Hace mucho que no se ve uno como él. También hay un pibe que no gana, pero está prendido en todas. Ojalá que no lo apuren. Se trata de Roberto Balmaceda. Creó que alcanzará a ser muy buen corredor. También están Rubén Ramos y Luján.

Los domingos ando un poco en bicicleta, me recreo con algunos caballos de hipismo que poseo y en la semana estoy prendido en el taller de bicicletería, vendiendo máquinas nuevas de todo tipo".

Ver artículos:

-- Matesevach: croatas, que llevan el deporte en la sangre

-- Vicente Chancay y el Payo Matesevach. Dos grandes del ciclismo. Por Juan Carlos Bataller