El siguiente artículo fue publicado en El Nuevo Diario, edición 1451, del 3 de septiembre de 2010, con aportes de Silvia Méndez de Bonisolo
Quién alguna vez no pasó a pesarse aún siendo muy joven por
la tradicional Farmacia Pattin, que
quedaba en calle Rivadavia y Entre Ríos, frente al Banco San Juan.
Seguro habrán visto al simpático don Marcos
Bonisolo, “el italiano”, como se
le decía. Él había nacido en la provincia de Verona, Italia.
Esta farmacia se inauguró en el año 1927, fue levantada
por la empresa Walter Melcher. Don Marcos era su socio gerente, junto
con el doctor Miguel Pattin, que
residía en Buenos Aires.
Se llegó a tener 40 empleados y dos cajeras; fue en su
tiempo la farmacia más grande de Cuyo, comparada con la Franco Inglesa de
Buenos Aires.
Los turnos duraban una semana, gran parte de los remedios se los hacía en el laboratorio
de la farmacia, por lo que tanto don Marcos
como los demás farmacéuticos tenían un gran trabajo todos los días.
Era habitual ver a don Marco preparando algún jarabe, que prescribía alguno de los médicos
de esa época como los doctores Domínguez,
Baigorrí, Plana o el pediatra Enrique
Kalejman y muchos más.
El mobiliario de la farmacia fue la admiración de su
tiempo, lo mismo que sus frascos de porcelana, que era toda una
belleza.
Para el terremoto de 1944 parte del depósito de medicamentos de la farmacia se
entregó a Salud Pública.
En una oportunidad, Rogelio Pérez
Olivera escribió en un libro que se llama “Cuentos del foro y sus aledaños” un capítulo en el que habla de don Marcos cuando él recién llegó a San
Juan y apenas sabía hablar castellano.
Don Marcos Bonisolo estuvo casado con doña Argentina
Gunella Marcuzzi, tuvieron tres hijos: Marcos
Antonio, Roque Silvestre y Ana Matilde.
1927 - Salón de la Farmacia Pattin / La Farmacia Pattin
inauguró en 1927 su local en calle Rivadavia y Entre Ríos. Don Marcos Bonisolo
era su socio gerente, junto con el doctor Miguel Pattin, que residía en Buenos
Aires. Fue en su tiempo la farmacia más grande de Cuyo e incluso se la
comparaba con la Franco Inglesa de Buenos Aires. En el salón que se ve en la
foto, se destaca lo que despertaba gran atención en su época: el lujoso mobiliario,
así como los tradicionales frascos de porcelana. (Foto y datos proporcionados
por Silvia Méndez de Bonisolo)