Pongan el oido paisanos (Milonga)


Pongan el oido paisanos 
a lo que voy a decir, 
porque les quiero alvertir 
que del mundo, en el concierto, 
les conviene hacerse el muerto 
pa' que los dejen vivir. 
  
Cuatro edades cumple el hombre 
al cabo de haber vivido: 
la inocencia, en que ha nacido, 
poco después, la esperanza, 
la dicha, que nunca alcanza, 
y por último, el olvido. 
  
Por desdenes en amor 
se achican siempre los flojos, 
y hay mujer muerta de antojos 
que no da consentimiento. 
Güena china y perro hambriento, 
dicen que sí con los ojos. 
  
Las curanderas de empacho 
conocen midiendo ombligos, 
otros aprecian el trigo 
por el peso de sus granos, 
yo digo que es mal cristiano 
quien siempre muda de amigos. 
  
El dolor educa al hombre 
y es lo que lo hace más juerte 
no te quejís de la suerte 
ni andís llorando querellas, 
si al fin y al cabo, las huellas 
llevan todas a la muerte. 

RECITADO

De noche en la pulpería 
pasan muchos divertidos, 
pero sabe el buen marido 
que' eso mata la alegriá 
Ave que canta  de día 
busca temprano su nido. 
  
La mulata hace jugar 
pa' su amor en' la cocina 
mas, cuando vuelve una china 
del honor, por sus cabales, 
al ñudo son los cardenales 
 y los caldos de gallina. 
  
Cantan poco y comen mucho 
gorriones, loros y tordos. 
No li hagai los oídos sordos 
al hambre de tu aparcero: 
come poco, al matadero 
llevan antes a los gordos. 
  
El del chancho es mal ejemplo, 
imitarlo no debes, 
pa' mi ver vive al revés 
por la malicia del hombre. 
Que lo engorde, no te asombre, 
pa' comérselo después.


Letra: Buenaventura Luna
Música: Oscar Valles de las Sentencias del Tata Viejo (*)


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