Las palomas blancas de Hilario Elorza

Mario Castro es uno de los periodistas más respetados y queridos en el mundo del deporte. A lo largo de décadas se ha transformado en un referente del relato y los comentarios de cuanto acontecimiento deportivo se realice en San Juan, en el país e incluso en países donde participe algún equipo sanjuanino. De sus cientos de anécdotas publicamos esta que pinta la trastienda de un mundo muy particular donde la pasión se mezcla con lo competitivo, la picardía y el humor.

 Otra de ciclismo. En San Juan había un empresario que formó su equipo para participar en las temporadas: Don Hilario Elorza. Sus camisetas eran blancas y por eso se lo conocía como las palomas blancas de Hilario Elorza.

Ganaron muchas carreras porque tenían a corredores realmente de primera.  Y tenían también un ciclista que era muy difícil que ganara pero que era un tipo muy carismático, muy querido en el pelotón, Oscar Real, "el gordo Real".

Cada vez que largaba una carrera a los 5 o 10 kilómetros, el primero que perdía rueda era Oscar Real, el gordo siempre terminaba lejos del pelotón.

En una carrera que se llama Aguas Termales, en la última etapa iban a largar desde Iglesia hacia San Juan y cuando estaban todos en el punto de partida, Oscar Real habló con la mayoría del pelotón y les pidió que lo dejaran escaparse, andar unos kilómetros porque había arreglado con Hilario Elorza que esa carrera le iba a pagar por los minutos que lo nombraran por radio, por los minutos que estuviera escapado.

Don Hilario nunca pensó que lo quisieran tanto al Gordo. Le dijeron: “Bueno, apenas baje la bandera vos te escapas, no te vamos a ir buscar vamos a pedalear”.

Así, fue largaron la carrera y Oscar Real se fugó y anduvo kilómetros y kilómetros solo y las radios hablando de la paloma blanca de Hilario Elorza en forma permanente: Oscar Real.

Llegó al Villicum y el pelotón venía como paseando. Pero uno gritó:

-¡Guarda, que si el Gordo se descuelga en la zona de bajada no lo agarramos más…!

Y se pusieron todos a trabajar.

Oscar Real se descolgó y venía realmente a muy rápido ritmo. Pisó la calle Benavidez, que era un filtro. En la calle Benavidez y Sarmiento lo alcanzó el pelotón y lo pasó como poste.

Desde esa zona hasta el velódromo le sacaron 5 minutos de diferencia al pobre Oscar, que terminó extenuado.

Pero consiguió lo que había buscado: andar más de 100 kilómetros solito y que las radios lo estuvieran nombrando.

Ganó más dinero que quien ganó la carrera.

Oscar Real, una paloma blanca de Hilario Elorza 

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Las Palomas Blancas de Hilario Elorza: Luciano Ozán, Sergio Millán y Gerardo Cavalier.