 Autor: Jorge Leónidas Escudero
 Autor: Jorge Leónidas Escudero
Tan raro que viniera ese amigo muerto 
y viniera sonriendo. Seguro era él 
pero pasó sin saludarme.
Siendo que fuimos tan amigos claro 
me dije, éste va al café a esperarme 
aunque hace un año ha muerto.
Quedé confuso rascándome la cabeza.
Yer íbamos a cualquier lugar 
a hablar de lo que fuera y a lo mejor 
volvió para que recordáramos y reír. 
Asunto raro fue, y como hipnotizado 
caminé hasta el café donde solíamos.
Al entrar entré mirando a todos y sí, 
estaba esperándome.
Dije ¿qué tal? pero lo vi transparente.
Así y todo conversamos de cuando 
esto y lo otro. Claro que 
mi tacita de café se veía muy sola, 
sólita en la mesa muy sin compañía muy.
Fuente: Divisadero - Ediciones en danza
 
                    
                