El caso de los huarpes cuyanos – Décimo sexta parte

De palabras en juicios y prejuicios en torno a Antroponimia aborigen. De la pluma del Dr. César Quiroga Salcedo


Esto es, se adoctrinaría en huarpe, pero apenas y pobremente.

Hay que pensar que el Padre Valdivia no bajó a adoctrinar en persona

y que era necesario el concurso de otros sacerdotes que aceptaran la oferta de aprender una lengua reducida a grupos en extinción.

De todas maneras ya estaban los materiales con los que los sacerdotes pudieron haber llegado al disperso y escaso pueblo huarpe, casi condenado a la extinción por todas estas circunstancias adversas, propias de pueblos alejados, marginales, pobres y poco evolucionados.

En medio de este período, signado por la desaparición y el desmembramiento étnico y cultural, sólo algunos pocos indios varones pudieron salvarse del destierro definitivo. El camino probable (y no siempre Seguro ante la prepotencia de los encomenderos) debió ser el casamiento cristiano, de manera que un doctrinero o pastor pudiera

salir en su defensa a evitar la separación corporal y prolongada de su cónyuge, situación expresamente defendida por las Instrucciones Sinodales.(1)


En tal caso la salud y vida del joven huarpe debió haber quedado en las manos y a criterio de los curas de indios, quienes podían autorizar o no el matrimonio de los naturales. El problema no residía en los adultos mayores, ya juntados con una o más mujeres, ni tampoco con los viejos o viudos. Las dificultades sobresalían imperiosamente entre los más jóvenes y robustos (precisamente quienes eran buscados y privilegiados por la ambición del encomendero). Al joven huarpe de la segunda mitad del s. XVI no le quedaba sino una encrucijada vital: o dejarse llevar a Chile como mitazgo, o conservar su tierra.


(1)
Sesión Segunda, Tercer concilio, cap.34-36 (Durán 19892: 145).



(*) Ex directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ. Miembro de la Academia Argentina de Letras


Fuente: Publicado en La Pericana, edición 458 del 21 de septiembre de 2025

 

 

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Las encomiendas de indios. Por Miguel Camporro
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