De nuevas palabras olvidadas

Las palabras de ayer se preparan para ingresar al Diccionario de la lengua de la región de Cuyo elaborado por el Equipo de Investigadores del INILFI Manuel Alvar de la FFHA.

Compartimos este proceso del trabajo con las palabras.

 

dejaritado, da. Referido a persona, animal o cosa, extraviado. “Un gringo ‘dejaritado’, un choco ‘dejaritado’, una media ‘dejaritada’”. (Gatica, 1995: 107)

 

dejazón.  Abandono de sí mismo o de las cosas propias; dejadez. “Los calorones de enero me dan dejazón”. (Rogé, 2000: 146).

 

deliciar.  Deleitarse. “Ojalá que siempre así/guarde tu pecho inocente/ese amor en que al presente/se delicia el alma mía...”. (Draghi L., 1992: 114).

 

badulaque. Referido a persona, distraída. “El hombre. Condiciones: Guapo, aplastado o cutama […] botarate, badulaque, regañón; pispito se le dice al niño movedizo”. (Encuesta 1950, Escuela 134, San Juan).  2. Referido a persona, pícara. “Del léxico sanjuanino. Vocablos de origen huarpe. Azotera: Castigo con lazo fino. Balita: bolita. Badulaque: Pillo, pícaro. Barreal: barrizal”. (Encuesta1950, Escuela 131, Capital, San Juan).

 

bagayo, bagallo. Atado de ropa que lleva una persona pobre como equipaje. “Agarré mis bagayitos y me vine para San Juan”. (Oral.).  2. Prostituta vieja y pobre.

 

largucho, cha.  Referido a persona, excesivamente alta y flaca; larguirucha. “El hombre. Aspecto: Bonito, donoso […] chueco, largucho, lungo, larguirucho, pálido…”. (Encuesta 1950, Escuela 142, San Luis).

 

abochinchado, da.  Referido a un lugar, que está en estado de desorden o confusión. v. embochinchado. “¡Tengo toda la pieza abochinchada”! (Oral.).   2. Referido a persona, desordenada. 

 

abochornar. Herir a una persona a través de calificativos humillantes. “Tu tía me abochorna con sus dichos”. (Oral)

 

abombado, da.  Referido a persona, atontada y aturdida temporalmente a causa del calor, cansancio o por haber bebido y comido en demasía. “Alimentación. El hombre en este lugar no se embriaga con frecuencia, salvo excepciones. Se llegan a algún boliche o casa de familia, algún sábado o a fin de mes, y entre charla y charla o alguna partida de naipes se toman algunas copas demás. Vuelven a sus casas un tanto ‘abombaos’, como dicen aquí”. (Encuesta 1950, Escuela 1, La Rioja).

(*) Aida Elisa González de Ortiz, directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.

Publicado en La Pericana, edición 193 que integra la edición de El Nuevo Diario del 6 de marzo de 2020

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De nuevas palabras olvidadas. (Ilustración: Miguel Camporro)