Arquitectura y urbanismo
Barrio Puyuta
Fue construido poco antes del terremoto de 1977. Sus casas recién entregadas resistieron el sismo, aunque sus habitantes sintieron el temor de no saber cómo se comportarían.
La calle de entrada al barrio Puyuta toma desprevenido al más lúcido. De nada valen los carteles, ya un poco despintados, que advierten desde la plaza de Desamparados que allí se encuentra el ingreso al pequeño barrio de 81 casas que conserva el nombre de lo que fuera una de las barriadas más grandes del San Juan antiguo: Puyuta, que en lengua indígena quiere decir "tierras flacas".
El conjunto, de casitas bien cuidadas, se articula alrededor de una plazoleta que por estos días luce cubierta de hojas. Pero no siempre fue así. Poco después de la fundación de San Juan, más precisamente en 1590, una de las primeras mercedes reales que se entregó fue a la familia de Juan Fernández Perín y abarcaba una amplia zona que contenía lo que hoy es Desamparados, al Norte y Sur de Avenida Libertador, y que con el tiempo fue cambiando de fisonomía.
En sus inicios, lo que se conocía como Puyuta estaba conformado por 3 núcleos poblacionales: Puyuta propiamente dicho comprendía la zona de la plaza de Desamparados; Santa 
Bárbara, que abarcaba el cementerio y el antiguo hospital San Juan de Dios y Valdivia, que limitaba con Trinidad. Durante el gobierno de Del Carril, en 1869, se reconoce al poblado como Desamparados, pero la gente continúa llamándolo Puyuta. La llegada de los españoles, que traen la advocación de Nuestra Señora de los Desamparados, le imprime a la zona una nueva fisonomía. Sin embargo, Desamparados deja de ser un departamento en 1928 y se incorpora a Capital, junto con Trinidad y Concepción. En 1936 pierde la zona de Villa del Carril, que estaba bajo su jurisdicción y en 1942, toda la zona pasa a formar parte definitivamente del departamento Capital.
El Barrio Puyuta, cuyo acceso desemboca en la plaza de Desamparados, fue construido poco antes del terremoto de 1977. Sus casas recién entregadas resistieron el sismo, aunque sus habitantes sintieron el temor de no saber cómo se comportarían. Elda Carrizo, una de las primeras vecinas del barrio que todavía hoy lo habita, recordó aquel momento. +Era un barrio nuevo, pero igual teníamos miedo. Casi todos los vecinos eran empleados bancarios y se hizo a través del Banco Hipotecario. De a poco, cada uno fue ampliando su casita y dejándola más linda. Pero lo mejor que tiene este barrio es la gente: buenos vecinos, amistosos y atentos, que siempre se ocuparon de mantenerlo bonito y bien cuidado+.
Hoy, en honor a su larga historia que data de la época fundacional, el Puyuta se yergue en el corazón de Desamparados como un pequeño refugio donde todavía habitan la grandeza de su pasado y la cordialidad de sus vecinos.
Fuente: Diario de Cuyo
