El 4 de agosto de 1932, en la vieja Catedral de San Juan, durante una ceremonia que ofició monseñor
José Américo Orzali, arzobispo de San Juan de Cuyo, quedó consagrado el matrimonio de Hilda Graffigna
Del Bono y el ingeniero Francisco Bustelo Barcia.
La novia lucía un vestido hecho por una conocida modista de Buenos aires y estaba confeccionado en
terciopelo blanco. En la cabeza una cofia de encaje a la aguja, que sujetaba una tiara y del que se
desprendía un largo velo hasta el piso.
En las manos, Kiki llevaba guantes como se estilaba en la época y un ramo de flores naturales.
La fiesta se realizó en el chalet de don Bartolomé Del Bono, tío de Kiki. Don Bartolomé se encontraba en
esos días en Europa y desde allí habló con los tíos Alberto y Dorita -que eran los tutores legales de Kiki, ya
que ésta había perdido a sus padres de jovencita- para ofrecerles su casa, que hoy es la sede de
Ausonia. Según Alberto Graffigna padre, esta fiesta -en la que actuó la orquesta de Alberto Soifel- fue "el
último relumbrón de la familia".
Eran tiempo de violencia en San Juan, especialmente entre cantonistas y graffignistas. Por eso Kiki y
Francisco fueron custodiados en el trayecto hacia la fiesta.
cuenta Kiki que su mano fue pedida por Francisco a su tio en el comedor del chalet Graffigna y el
dormitorio principal de la casa les fue cedido en la noche de bodas.
La luna de miel la pasaron en Río de Janeiro, adonde viajaron en un barco inglés que tardó tres días en
llegar.
El matrimonio Bustelo Graffigna estuvo casado durante 58 años y tuvo cinco hijos: Hilda, Francisco,
Eduardo, Alberto y Marta María.