Según cómo se vea

Tengo una regla metálica que la uso para cortar papeles y, pareciera que con el tiempo, no solo cumple muy bien lo aprendido, sino que hasta, supongo, ha adquirido un cierto filo en sus costados. Me imagino que con años de uso se ha ido desgastando, como todo en la vida, y eso sería el tenue filo en sus bordes; el simple desgaste del tiempo que hace que hasta el  metal más duro acabe por doblegarse ante las tantas hojas suaves y blandas que, a la larga, consiguieron que él las trátase más suavemente.

Demás está decir que al darme cuenta, comencé a relacionar esto con otros aspectos de la vida ya que como anécdota es pariente de la de la gota de agua que orada la piedra. En definitiva, sirven para enseñarnos que no siempre lo duro es invencible y que si el débil tiene tanto de constante como de suave, a la larga, consigue lo que en principio parece increíble.

Desde el otro lado no se ven igual las cosas. Para conseguir un insignificante filo en el vil metal, han caído cientos de víctimas hojas. La desproporción en las pérdidas es enorme. Igualmente, millones de gotas murieron estrelladas contra la dura piedra antes de que ella se diera por enterada. Es decir que si el débil consigue algún resultado que se pueda considera victoria, es a un precio sideral. Es una victoria a lo Pirro.

Según de qué  lado se cuente la historia, se gana o se pierde. Los políticos ( con perdón de la palabra ) son expertos en mostrarnos las verdades que ellos ven, o que nos quieren hacer ver, y nosotros, por lo general, vemos otra diferente.

Es decir que como en casi todos los temas de la vida, hay dos o más opiniones sobre algo y pueden o no coincidir, pero siempre son válidas desde el punto de vista de cada cual.   Por eso es conveniente, a estos temas tan profundos, mirarlos desde lejos para no ser atrapados por la cercana visión de alguna de las partes.

 

GALERIA MULTIMEDIA