El laberinto de las palabras

La Fundación del Español Urgente en la Argentina y la Academia Argentina de Letras ofrecen  al usuario una serie de “pastillas lingüísticas” en forma de recomendaciones idiomáticas sobre términos ligados a la actualidad argentina.

Las  ponemos a disposición del lector.
1 - En las noticias sobre el uso del buscador Google, que se estrenó en internet hace casi veinte años, es frecuente encontrar frases como «Esto fue lo que el mundo googleó durante 2017», «Me puse rápidamente a googlear la letra de la canción» o «Googlearon a su profesor de Matemática y descubrieron que era actor».
La recomendación es: Buscar en Google, una alternativa preferible en español al verbo híbrido googlear, porque el verbo googlear presenta un problema de adecuación entre su escritura y su pronunciación, ya que en español una secuencia de dos “oes” no da como resultado un sonido /u /.

2 - Otra recomendación es para el  adverbio literalmente, ya que se emplea a menudo con un valor enfático que no siempre le es propio y del que, en ocasiones, se abusa. El significado de esta palabra es, según el Diccionario académico, “de manera literal”, y a su vez literal es “conforme a la letra del texto, o al sentido exacto y propio, y no al lato ni figurado de las palabras empleadas en él, como en «No traduzcas literalmente»”. Sin embargo, en los medios es frecuente encontrarla en oraciones como «Kiss incendia la plaza de toros literalmente» o «Hay literalmente una fiebre en Nueva York por los ositos de goma», en las que el empleo de este término puede resultar ambiguo, y otros como «Literalmente, todos en el mundo saben que ahora IHOP está vendiendo hamburguesas», en los que simplemente parece estarse empleando con un valor enfático. Se recomienda no abusar de este adverbio en casos como los mostrados en los ejemplos del párrafo anterior. En los dos primeros el empleo de este término puede desvirtuar el mensaje: por un lado, los juegos pirotécnicos de un concierto pueden realmente incendiar un escenario; por otro, una comida en mal estado puede, de manera literal, causar fiebre. En la tercera oración, en cambio, es obvio que no se puede afirmar que todas  las personas del mundo sepan algo. Por tanto, lo recomendable es restringir el empleo de la voz literalmente a aquellos casos en los que sea inequívoco que las cosas suceden tal y como se dice, y optar, en los otros, por alguna alternativa o reformulación, como «Kiss arrasa en la plaza de toros», «Furor en Nueva York por los ositos de goma» y «Todos saben que ahora IHOP está vendiendo hamburguesas».


(*) Aida Elisa González de Ortiz, directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.

Publicado en La Pericana, edición 133 que integra la edición de El Nuevo Diario del 9 de noviembre de 2018

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El laberinto de las palabras. (Ilustración: Miguel Camporro)