Fue corredor en patines, jugador de hockey, piloto de rally, terminando su carrera deportiva corriendo la carrera más difícil del mundo. Ver video del vuelco en su participación en el Dakar de 2012
El automovilismo de San Juan se caracterizó por su actividad en la pista y los pilotos destacados los dio esa especialidad; sin embargo, algunos pocos optaron por la tierra, por el rally, actividad que no se practicaba en la provincia. Uno de esos precursores fue Lino Sisterna, quien el año pasado cumplió 35 años corriendo ese tipo de competencias.
Nacido en San Juan, su infancia la pasó en la ciudad (Laprida y Güemes). Siendo adolescente practicó patín carrera, donde logró consagrarse en varias ocasiones como campeón sanjuanino. Vivía a media cuadra del club Estudiantil, por lo que el hockey sobre patines no estuvo ausente de su vida, practicándolo durante muchos años, llegando a jugar en Primera División y hay algún recuerdo, jugando en Juveniles, de una preselección sanjuanina junto a quienes marcarían la historia del hockey sanjuanino, como Carlos Coria, Mario Agüero, Daniel Martinazzo.
Lino menciona a dos pilotos como sus predecesores en rally: Fernando Persia en 1982 y Eduardo Roux, aunque fueron participaciones sin continuidad. Recuerda a Ripoll, que comenzó junto con él.
Cuenta que todo se dio por casualidad, ya que proviene de una familia muy seguidora de las carreras, a tal punto que un tío, hermano de su madre, corrió la mítica Buenos Aires – Caracas y su hermano también tuvo incursiones esporádicas en el automovilismo. En 1984, a Sisterna lo invitan Eduardo Roux y Jorge Muñoz para ir a ver un rally en La Rioja, donde ellos corrían con un auto alquilado. A partir de aquella experiencia, sintió que él también podía subirse a un auto de carrera y fue así que comenzó a participar del campeonato puntano, debutando el 16 de septiembre de 1984. Sin ningún tipo de experiencia previa, recuerda que cuando largó por primera vez en el Dique La Florida, de San Luis, fue también la primera vez que usaba casco, con sus 29 años vivía una serie de nuevas vivencias.
Grandes recuerdos guarda de su paso por el rally puntano, en el que -en su tercer año de participación- logra su primer campeonato y luego alternaría ese torneo provincial con el campeonato argentino. Cuenta que nada fue sencillo en esos comienzos, donde nadie les enseñó nada, a tal punto que compraba las hojas de ruta y así fue aprendiendo con su navegante, al igual que ajustar la presión de neumáticos o alineación.
En la década del 80, en la categoría de los Fiat 128, el Argentino lo corrían cerca de cien autos y Lino estaba ubicado siempre dentro de los diez mejores; no olvida aquella carrera en La Rioja, disputando el último prime, donde venía ganando con más de seis minutos de ventaja y le entró tierra a la cadena dentada, sacando al auto de punto, faltando dos kilómetros para finalizar y quedándose con el sabor amargo de no llegar primero.
En 1999 Lino Sisterna se consagra campeón argentino en la Clase A7, con un Renault 18 preparado por el ingeniero Mario Díaz Terrado en la Universidad Nacional de San Juan, quien junto a Samat ya habían trabajado anteriormente con los 128.
En el año 2000, su hijo Juan Pablo le dijo que dejara de correr y comenzaron a trabajar en la faz organizativa para que San Juan tuviera su propio campeonato de rally, lo que fue una tarea compleja, especialmente tratando de armar los reglamentos de cada categoría, por ello nace el club DEyCO en 2001. Después de un par de temporadas recuerda haber logrado tener un campeonato importante, con buena cantidad de autos.
Respecto a su presencia en el Dakar, fue en 2009 cuando la competencia llegó al país y fue a verlo a la zona de Media Agua y le parecía algo inalcanzable. Al año siguiente, se hizo en nuestra provincia la presentación de la competencia y él, que había ido como espectador, se animó a entregarle una tarjeta personal al gobernador donde escribió “Un sanjuanino no puede estar ausente en el Dakar”.
En el momento le pidieron que presentara una carpeta y -recuerda- que cuando se iba retirando de esa conferencia de prensa, junto al periodista Franco Mugnani y a su hijo Juan Pablo, este le dijo “Vamos a correr el Dakar”, lo que le pareció una locura; no obstante, una semana después, se presentó el plan de trabajo y allí se encaminó todo.
De ese primer Dakar cuenta Lino: “Nunca había andado en arena, no sabía lo que era correr en dunas; la verdad que sufrimos mucho, fue una carrera muy difícil para nosotros por la falta de experiencia y de apoyo, ya que fuimos con la camioneta, las ruedas de auxilio, un extremo de dirección, una rótula y un radiador de agua que habíamos hecho en la provincia y que nos lo robaron en Córdoba, en la primera asistencia. Fue una experiencia única. Sufrí y lloré tanto que la gente no tiene idea. Nuestra meta fue salir de San Juan, largar, llegar a Buenos Aires y poder volver a nuestra provincia con el Dakar finalizado. No olvido cuando corrimos la penúltima etapa desde Uspallata y ya en tierra sanjuanina tenía tanta emoción que no paraba de llorar; Juan Pablo me pedía ir más rápido y yo le decía y repetía "No, quiero llegar a San Juan".
Lino Sisterna, uno de los hacedores del rally sanjuanino, con trascendencia nacional y con el sueño hecho realidad para cualquier piloto de haber disputado la carrera más dura del mundo.
Fuente: sisanjuan.gob.ar – Publicado el 9 de junio 2020