El coche fúnebre en el que secuestraban niños y sembró el terror en San Juan

Ocurrió en los años 60''. Los pequeños aparecían atados y golpeados. Artículo publicado en Diario de Cuyo el 12 de julio de 2021

Corría Mayo de 1963 cuando decenas de chicos comenzaron a aparecer maniatados, amordazados y golpeados, luego de que sus familias denunciaran que habían sido secuestrados en un misterioso auto negro. 


El terror de la gente que vivía con nenes en edad escolar era indescriptible. No querían dejarlos salir a la calle, el temor lo invadía todo. Pensaban que en cualquier momento alguien se les podía acercar y subirlos al misterioso vehículo. 


Uno de los primeros casos sucedió en Angaco. Desconocidos raptaron a un nene que días después apareció con las manos atadas en uno de los márgenes del Río San Juan. Algo similar sucedió luego con un pequeño, hallado inmovilizado en el Parque de Mayo

Tan grande fue la conmoción popular, que desde la policía tuvieron que emitir un comunicado tratando de tranquilizar a la gente. También hubo refuerzos en escuelas, plazas y lugares a los que habitualmente concurrían los niños. Esto pareció calmar a los secuestradores, que durante un tiempo, sabiéndose vigilados, dejaron de actuar. 

Sin embargo, semanas después los uniformados locales volvieron a recibir una denuncia sobre el coche negro.

Esta vez, la víctima era una nena de 8 años que se dirigía a sus clases de piano. Su mamá había salido a despedirla cuando observó que la menor era seguida de cerca por el rodado. Uno de los sujetos bajó del auto y llamó a la menor que, sorprendida, detuvo su paso. El hombre la tomó de un brazo pero la pequeña logró soltarse y correr desesperadamente al encuentro de su madre.  


La mujer se acercó y observó tres sujetos en el interior del coche negro, mientras un cuarto levantaba el capot, simulando estar reparando una rotura.

Sin embargo, en cuanto dieron media vuelta, los hombres emprendieron la huída, por lo que la madre y su marido se trasladaron hasta la comisaría para radicar la denuncia. Los datos aportados no dejaban dudas: era el mismo rodado que había sido visto en los casos anteriores. 

Por eso, los policías se trasladaron de inmediato hasta avenida Rawson (actual Ruta 40) cerca de Benavídez. Allí estaba el Kaiser Carabela, sin patente, marcado con el número 12. En su interior se encontraban dos individuos que fueron detenidos. Ambos eran empleados de una funeraria y utilizaban uno de los autos de las pompas fúnebres para realizar los secuestros.

Poco se sabe sobre la cantidad total de niños que fueron raptados y hasta dónde llegaron los malvivientes con ellos. 



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Imagen que muestra la noticia publicado en Diario de Cuyo el domingo 12 de mayo de 1963