Pensando en verde

Volvimos a pensar en verde y nada tiene que ver la ecología. Después de un respiro de unos cinco años, los argentinos regresamos a la costumbre de consultar a cada momento el valor del dólar y otra vez comenzó la psicosis. Con un dólar oficial de 4,43 pesos, este miércoles se llegó a pagar 7,50 pesos por dólar paralelo y todo indica que puede seguir subiendo. Como el chico que se refugia en el regazo de su madre cuando se siente amenazado, los argentinos buscan dólares cuando “huelen” turbulencias económicas. Si a esto se suma medidas que ayudaron a acrecentar el pánico –como los controles dela AFIP y que se “secó” la plaza- y campañas para crear caos, el argentino promedio está preocupado por la forma en que puede conseguir dólares para asegurar que su dinero no pierda valor.

El senador Ruperto Godoy daba un dato el miércoles pasado en el programa La Ventana: Hace 20 días, sólo el 10% de las compras eran realizadas por personas comunes, gente que buscaba ahorrar en dólares y realizaba una compra pequeña de dólares. Tras la psicosis creada, ese porcentaje subió al 50%. Y según Godoy, tras esta psicosis está el grupo Clarín.
El economista Eduardo Coria Lahoz no comparte esta visión del senador. Afirma que la fuerte presión de la AFIP para evitar que se compre dólares hace que la gente intente con mayor énfasis hacerse de los “verdes”.
Lo concreto es que el precio del billete está aumentando a un 3% diario más allá que es en un mercado de dimensiones reducidas.

Hoy, desde las casas de cambio locales, afirman que se realizan un 5% de las operaciones a las que estaban acostumbrados antes de los controles. Y volvieron los “arbolitos” para comercializar el dólar entre quienes buscan el billete. De los pocos que venden, están los que tienen deudas en pesos y aprovechan que le rinden más sus ahorros.

Y hay un dato para demostrar aún más que el problema argentino es más para el diván que para analistas económicos. El paralelo es un mercado muy chico, se estima que mueve entre 2 y 2,5% del total del mercado oficial y, por lo mismo, no tiene incidencia alguna en la actividad económica. Traducido en números, se mueve entre 50 y 100 millones de pesos por día. Una cifra insignificante pero que tiene a todo el país en ascuas. Y también indica que hay cuestiones más de fondo porque sino el Banco Central, con sus 47 mil millones de dólares que tiene de reserva, podría haber evitado fácilmente cualquier corrida.

"La vuelta del paralelo da cuenta de que el deterioro macroeconómico se profundiza y empieza a colarse también en el mercado cambiario, donde el Gobierno pierde el control que supo tener en una variable clave que se había acostumbrado a usar como ancla antiinflacionaria" se afirma en un informe dado a conocer esta semana por la consultora Econométrica.
Este tema puede ser una de las explicaciones de lo que está pasando. La inflación con la correspondiente suba salarial y el dólar estancado en los cuatro pesos, hizo que Argentina comenzara a perder rápidamente competitividad. Súmele que Brasil devaluó 20% el real desde febrero y mejoró la salud del dólar en el mundo, es un cóctel explosivo que atenta directamente contra el valor del peso argentino.

Como siempre están los que hacen muy buenos negocios comprando dólares oficiales y vendiendo dólares paralelos. Como el Gobierno quiere terminar con estos negocios, endurece los controles, la gente se asusta más, sube aún más el dólar paralelo y los que pueden seguir con la “bicicleta”, hacen aún más rentable el negocio.
Pero la mayoría de los que compran en un mercado minorista no es un especulador, es alguien que no quiere que se les esfume los ahorros.
Las condiciones macroeconómicas no justifican una devaluación grande. Sólo la incertidumbre, la desconfianza y la falta de algunas precisiones podrían explicar este nivel de efervescencia en un mercado chico pero que puede acarrear costos altos y afectar a toda la economía.
Así lo explica Orlando Ferreres, de la consultora Orlando Ferreres y Asociados, en una nota publicada en Infobae:
-Se generaron movimientos de dolarización de carteras el año pasado, cuando se vio que el dólar estaba barato. Se frenaron con controles y con la obligación de traer de 5 a 6 mil millones de dólares del exterior de las compañías aseguradoras petroleras y mineras, que no tenían obligación de traerlos enseguida y lo tuvieron que traer todo junto, con lo cual se calmó esa corrida. Ahora se notó que se restringieron mucho más las operaciones por parte de la AFIP y no se conoce el criterio que se usa. Hay gente que no puede comprar nada, otros un poco más y otros mucho. No hay institucionalidad en eso porque no hay información sobre la restricción. Se asusta todo el mundo y, como no pueden comprar dólares, empiezan a fracasar las operaciones inmobiliarias, porque el que vende no quiere aceptar pesos, entonces se cierra más la cosa y empieza a haber un clima raro. Sería mejor dejar un poco más de movimiento (alcista para el dólar oficial) en esto y tranquilizar un poco al mercado, porque hay muchas reservas. El poder de fuego que tiene el Central es muy grande y no entiendo por qué generan tanto ruido, que alarma a la población.

Más allá de todos los análisis y las especulaciones, la gran mayoría de la población sólo ve esto como simple espectador y más allá del valor del dólar paralelo, deben seguir trabajando todos los días…

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