EL NACIMIENTO DE UNA ESPERIENCIA ÚNICA QUE LLEGÓ PARA
QUEDARSE
Las mil ediciones de Nuevo Mundo
De pronto el mundo cambio. Desde hacía meses se venía hablando de un virus que
causaba muertes en el mundo. Pero para los argentinos era algo lejano, que
pasaba en otras partes del planeta.
Si tuviéramos que elegir una fecha tal vez optaríamos por el 29 de marzo de 2020. Ese día el presidente Alberto Fernández habló por la cadena nacional y anunció que se extendía el aislamiento social en todo el país. Todos debíamos quedarnos
en casa (aislamiento – cuarentena obligatoria) hasta el final de Semana Santa
(domingo 12 de abril).
La cuarentena obligatoria que empezó el 20 de marzo se decidió por la
Pandemia del coronavirus Covid-19 que afectaba a todo el mundo.
Estaba prevista hasta el 31 de marzo, pero el Gobierno decidió prolongarla
después de mantener reuniones con expertos de la salud y la comunidad
científica, y de conversar con los gobernadores de todo el país.
“Debemos cumplir la cuarentena en nuestras casas para que los resultados
sigan siendo buenos y que el sistema de salud pueda atender a las personas
que se enferman”.
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Estaba claro que no se trataba de un virus pasajero. Estábamos ante una pandemia mundial de duración imprevisible. Y ante ello sólo quedaban dos posibilidades: quedarnos en casa “hasta que todo pase” o buscar caminos alternativos.
El país se había cerrado. Sólo algunos sectores eran considerados “esenciales” y podían trabajar. Entre ellos los periodistas.
Cuando comenzó la pandemia advertimos que dentro de la monumental desgracia que representó para la humanidad, apuraba los tiempos para llevar a la práctica un proceso
sobre el que quienes hacíamos El Nuevo Diario y La Pericana, además de productos televisivos y radiales, veníamos preparándonos desde hacía mucho: el teletrabajo y el comienzo de la transición entre los soportes tradicionales y los que aparecían en el
mundo.
Pero
tanto El nuevo diario como La Pericana eran productores semanales que se
editaban en papel.
Fue así como nació Nuevo mundo, un
producto nunca experimentado en San Juan.
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Digamos que en el mundo existen muchos diarios que tienen sus ediciones en
formato pdf. Pero en general se trata de la edición papel a la que se lleva a
la red sin modificaciones. Algo que veníamos haciendo desde hace 10 años con El
Nuevo Diario que salía en papel pero también estaba en la red la misma versión.
Nuevo mundo nació como algo distinto.
Los problemas a enfrentar eran varios.
>Uno, fundamental, la calidad de internet en San Juan. No era mala: era pésima.
>Parte del equipo de producción tenía factores de riesgos y no era aconsejable volver a la redacción
>Había que diseñar un producto que conservara las formas tradicionales pero al mismo tiempo no tuviera un peso grande en internet para que todos pudieran recibirlo y que conservara los niveles de calidad que merece una publicación diaria.
En pocas palabras: en una semana debíamos pasar de la redacción al trabajo en casa y tener listo el producto final.
Fue así como se comenzó a trabajar desde varios domicilios que preparaban los materiales y llegaban a centros de edición, pasaran a corrección y terminaran en un centro de distribución.
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Inicialmente nos planeamos un producto de 12 o 14 páginas que pudiera verse en todas las plataformas.
Especialmente
en el teléfono, un soporte que todo el mundo tiene. Pero que al mismo tiempo
respetara las formas tradicionales de diagramación en páginas que reclamaban
nuestros lectores.
Para que se pudiera leer fácilmente hubo muchas pruebas. Inicialmente se
trabajó con dos columnas, luego pasamos a tres. Se dejó de lado el formato
tabloid para ir a uno más chico, tipo revista.
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Y
acá aparecía el segundo problema: lograr que el producto llegara al lector,
siempre a las 21.
Pasamos a utilizar todas las posibilidades que daban las redes sociales y fue
así como se elaboraron listas de distribución para Wathsapp, Messenger, Telegram.
La premisa era clara: el producto debía ser gratuito y con posibilidades de ser reenviado tantas veces como se quisiera.
Cada componente del equipo hizo sus 2, 3 o 4 listas a lo que se sumaron las ediciones colocadas en distintas plataformas. Fue así como en poco tiempo llegamos cada
noche a 10 mil personas que a su vez pueden reenviar el producto cuantas veces deseen.
Pronto
los centros de distribución se ampliaron y a su vez nos empezaron a llegar
noticias de nuevos lectores que residían en Estados Unidos o Autralia, en Chile
o Polonia y que cada día recibían el producto que les enviaban los padres o
algún amigo y del que se hacían consumidores habituales pues les acercaba las
noticias del terruño, más aun en tiempo de pandemia.
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Las 14 páginas iniciales fueron creciendo en la medida que se agregaban secciones y columnistas de alto nivel. Uno de ellos, el procurador general de la Corte de Justicia de Buenos Aires, el doctor Julio Conte-Grand no sólo envió su columna semanal, sino que convirtió sus publicaciones en un libro que lleva precisamente por título Reflexiones en el Nuevo Mundo y que hoy es material de consulta de los profesionales del derecho.
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A
los columnistas se agregaron secciones indispensables como la de humor, como
una destinada al movimiento financiero y bursátil, otra a las estadísticas diarias
del corona virus en el mundo, los columnistas sobre los más variados temas, la
página de humor (tan necesaria en estos días), o las fotos que cuentan en
imágenes estos tiempos.
Y todo basado en el teletrabajo.
Cada
una de nuestras casas se transformó en una redacción, un centro de armado, un centro
de distribución, una agencia de publicidad. Y se fue estructurando el producto
junto con los otros ya en marcha (radio, televisión, diario digital) con lo que
cada uno se potenció.
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Uno a uno se fueron enfrentando los problemas. Porque junto con la redacción, la edición y la distribución había que manejar a distancia también la publicidad y la administración.
Y en el centro de todo un desafío no menor: la autodisciplina en el cumplimiento de pautas, de horarios, de envíos indispensable para que el equipo funcionara como tal aunque cada uno lo hiciera desde un lugar diferente, y que el producto terminado pudiera distribuirse a la misma hora y con la última información, la que seguramente reflejarían recién al día siguiente los medios tradicionales.
Y acá estamos. Cumpliendo 1000 ediciones. Con lectores que reciben nuestros
productos en al menos 15 países y casi todas las ciudades argentinas. E
incorporando cada día nuevos adelantos como la posibilidad de leer, ver o escuchar
las noticias, un gran desafío, que vino para quedarse. Un producto de un Nuevo mundo.
El 6 de abril de 2020 se distribuyó el primer número de
Nuevo mundo, pocos días después de que se anunciara el comienzo del
aislamiento. Desde entonces el diario se distribuye invariablemente antes de
las 21 de lunes a viernes.
El producto se distribuye gratuitamente y se ha documentado que tiene lectores de más de 15 países.
Hay lectores que a su vez confeccionan sus propias listas de distribución y reenvían los ejemplares a 10, 20 0 100 amigos o familiares residentes en distintas partes del mundo.

Tapa del primer número de Nuevo Mundo.

Las casas se transformaron en oficinas

El trabajo se mezcló con el mate y la familia.

La distribución comienza también desde un hogar y llega por distintas vías a todo el mundo.

Aunque el aislamiento obligatorio pasó, el teletrabajo parcial o total vino para quedarse.