El terremoto de San Juan de 1944 no sólo trajo consigo una devastación física masiva, sino también un quiebre en la vida cotidiana, cultural e institucional de la provincia. Uno de los aspectos más profundamente afectados fue la vida musical, que había florecido antes del desastre en conservatorios, orquestas, y agrupaciones tanto populares como académicas. No obstante, en los años siguientes, la música emergió como un poderoso motor de reconstrucción social y cultural, jugando un papel clave en la restauración de la identidad colectiva de San Juan. Este artículo explora cómo se revivió la actividad musical en la provincia desde las ruinas y cómo este renacer artístico reflejó un proceso más amplio de resiliencia comunitaria.
A pesar de rsistir el terremoto de 1944 el Cine Teatro Stornell sufrió modificaciones. Desde su apertura, el Cine-Teatro Estornell atrajo a destacados artistas nacionales e internacionales, entre ellos Hugo del Carril, "La Tropilla de Huachi Pampa" bajo la dirección de Buenaventura Luna, "Los Trovadores de Cuyo", las hermanas Legrand, Berta Singerman, Luis Sandrini, Pepe Iglesias "El Zorro", y las figuras españolas Lola Flores y Pedrito Rico. Además, artistas del cine y el teatro mexicano como Cantinflas y la compañía de Pérez Hernández pisaron sus tablas. También se presentaron compañías de renombre, como los prestigiosos Ballets Russes y la compañía de la actriz Mecha Ortiz, apodada "la Greta Garbo argentina".
El terremoto y la interrupción de la vida musical:
El terremoto de 1944 provocó una profunda fractura en la vida de San Juan. No solo destruyó edificios y desplazó a miles de personas, sino que también interrumpió la memoria cultural y artística. Antes del sismo, San Juan tenía una escena musical activa, que se desarrollaba en diversos espacios, desde conservatorios hasta asociaciones civiles y religiosas, como señala la investigadora Graciela Musri en su estudio sobre la reconstrucción musical en la región. Este ambiente musical, aunque vibrante, fue aplastado temporalmente por la tragedia, dejando un vacío en la vida artística de la provincia.
La música como refugio emocional y cultural:
A pesar del caos inmediato, la música no desapareció. Las prácticas musicales previas al terremoto, aunque suspendidas, permanecieron latentes en la memoria colectiva de los sanjuaninos. La idea de habitus, propuesta por Pierre Bourdieu y utilizada en la investigación de Musri, es crucial para comprender cómo la música volvió a ocupar un lugar central en la vida de la comunidad. Este habitus, o conjunto de disposiciones sociales que moldean las prácticas artísticas, permitió que la música resurgiera de las cenizas, apoyada en las tradiciones pre-terremoto.
Primeros intentos de reconstrucción (1944-1946):
El periodo inmediato al terremoto fue de duelo y espera. Durante los primeros años, la reactivación musical fue lenta y fragmentada. Muchos músicos y organizaciones que habían sido protagonistas antes del sismo buscaron maneras de volver a la actividad. Los conciertos y prácticas musicales que lograron resurgir durante estos años se organizaron en espacios temporales o alternativos, donde las reuniones comunitarias ofrecían no solo entretenimiento, sino un sentido de normalidad en medio de la devastación.
El papel de la radio y la prensa: Voz y memoria de la música:
Un factor decisivo en la revitalización de la vida musical de San Juan fue la radio. Durante las décadas de 1940 a 1970, las emisoras LV1 Radio Graffigna (que luego se convirtió en Radio Colón) y LV5 Radio Los Andes (más tarde Radio Sarmiento) desempeñaron un rol crucial al difundir tanto música popular como académica. Estas radios no solo transmitían música grabada desde Buenos Aires, sino que también daban espacio a músicos locales. Programas de tango, folklore y jazz, junto a música sinfónica y de cámara, llenaban las ondas radiales, ofreciendo un punto de reencuentro cultural para los sanjuaninos.
La prensa, por su parte, jugó otro papel clave. Diarios como La Reforma y Tribuna se convirtieron en cronistas del renacimiento musical. Desde las noticias musicales hasta los anuncios de conciertos y los comentarios sobre elencos radiales, estos medios registraron el pulso cultural de la provincia. Según Musri, los diarios no solo documentaban la actividad artística, sino que también reflejaban las tensiones sociales y políticas en torno a la música, favoreciendo ciertos géneros y estilos musicales que, a su vez, influían en la construcción de una nueva identidad post-terremoto.
La reanudación de la vida musical (1946-1960):
A medida que San Juan avanzaba en su proceso de reconstrucción física, también lo hacía su vida cultural. En el periodo entre 1946 y 1960, la ciudad experimentó un renacer musical que se expresó en conservatorios, academias y teatros, así como en eventos populares organizados en clubes y asociaciones. Este resurgimiento coincidió con el desarrollo económico y político de la provincia, que permitió la revitalización de instituciones culturales clave. Se reanudaron las conexiones con otras ciudades como Mendoza y Buenos Aires, facilitando la llegada de músicos y el intercambio artístico.
Uno de los hitos más significativos en este periodo fue la creación del Instituto Superior de Artes (ISA) en 1960, que impulsó la profesionalización de las prácticas musicales en San Juan y sentó las bases para la futura Universidad Nacional de San Juan.
La consagración con el Auditorio "Ing. Juan Victoria" (1964-1974):
El punto culminante en la reconstrucción musical de San Juan llegó con la inauguración del Auditorio "Ing. Juan Victoria" en 1974, un espacio dedicado a la música académica que simbolizó el renacer cultural de la provincia. El auditorio, construido con el objetivo de ser un centro de excelencia artística, marcó el fin de una larga etapa de restauración, consolidando a San Juan como un punto de referencia en la vida musical del país. La construcción del Auditorio Juan Victoria (1970)
El legado cultural: La memoria musical como capital simbólico: La música, como expresa Musri, no solo fue un entretenimiento durante los años posteriores al terremoto; fue también una forma de preservar y reconstruir la memoria colectiva de la provincia. Este renacimiento musical fue posible gracias a la persistencia del habitus pre-terremoto, que permitió a los sanjuaninos reactivar prácticas artísticas que habían quedado interrumpidas. El papel de la música como capital simbólico en la reconstrucción de San Juan no puede subestimarse, ya que ayudó a cohesionar a la comunidad, brindando un sentido de continuidad y esperanza en medio de la adversidad.
La historia de la música en San Juan es un claro ejemplo del poder del arte para sanar y reconstruir. Tras el terremoto de 1944, la música no solo ofreció consuelo, sino que también jugó un papel central en la restauración de la identidad de la provincia. A través de la radio, la prensa y la creación de espacios dedicados a la cultura, San Juan no solo logró superar una tragedia, sino que transformó ese dolor en una fuerza creativa que sigue viva hasta el día de hoy.