Un
6 de noviembre de 1948, un decreto del Poder Ejecutivo de la Nación, firmado
por Juan D. Perón, declaraba al 10 de noviembre como “Día de la Tradición”. De
esta manera se oficializaba para todo el territorio de la Argentina un modelo
cultural rioplatense contenido nueve años antes en una ley provincial
bonaerense, de efectos antes restringidos a la sola judicialización de la
poderosa Buenos Aires.
Todo
había comenzado el 18 de agosto de 1939, cuando el gobernador Dr. Manuel A
Fresco, líder del Partido Conservador bonaerense, había promulgado la Ley 4756
por lo que se instituía el 10 de noviembre, aniversario del nacimiento del
poeta gauchesco José Hernández, como “Día de la Tradición” (Art. 1º).
El
artículo siguiente de la Ley de Fresco era mucho más explícito aún en cuanto a
la modalidad de recordación pues aclaraba: “En dicho día se darán en todas las
escuelas públicas de la provincia clases alusivas sobre arte, ciencia y música
nativa, y con especialidad sobre Martín Fierro, el inmortal poema de Hernández;
la emisora oficial de radio propalará exclusivamente música autóctona y en el
Parque criollo “ Ricardo Guiraldes, Museo de Lujan y otros sitios adecuados, el
Poder Ejecutivo organizará fiesta de carácter regional”.
La
explosión patriótica del Dr. Fresco había estado contenida entre dos hechos
catastróficos de la historia europea. Lejos del hambre y la zozobra del viejo
mundo atomizado y en guerra, a la distancia no se advertían los graves
problemas económicos y políticos que arrastraba nuestro país. Por el contrario,
este suelo decidía cultivar sus antiguas tradiciones camperas que habían hecho
famosos al nuevo género del mundo con muchos de sus prototipos ya
convencionales: el gaucho, la estancia, la ganadería, el asado criollo, el
caballo argentino, la interminable pampa, el facón, el porte altivo de sus
hombres.
En
el ámbito literario, el Martín Fierro era leído, respetado y querido desde
Unamuno en la misma cuna española y traducido a lenguas lejanas. En ese momento,
el gran movimiento tradicionalista argentino, proveniente del viejo interior de
las Provincias Unidas, mejor colonizado por España y más dotado por la herencia
aborigen, cedió paso a la forma pastoril rioplatense. Por eso paulatinamente se
identificó la tradición con el folclore y ambos con el Martín Fierro y su
creador José Hernández.
(*) Directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas
Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ. Miembro de la Academia Argentina
de Letras
Fuente:
Publicado en La Pericana, edición del 10 de diciembre de 2024