Instituciones y violencia por razones de género



El fortalecimiento institucional persigue fines individuales y colectivos entre los que se destacan el aseguramiento del respeto irrestricto de la dignidad de la persona y, por tanto, la protección del sistema de derechos humanos.
En este sentido, el caso de las personas en situación de vulnerabilidad en el marco del sistema de justicia en general, y de género en particular, exige la incorporación de estas temáticas medulares en todo proyecto institucional, a partir de una política de gestión especializada, que contemple la complejidad, especificidad y carácter estructural de este tipo de violencias.

Este proyecto se cimienta esencialmente en cuatro ejes:
- la información estadística pormenorizada de tan complejo fenómeno, tanto para la formulación de los diseños de gestión como para el seguimiento de las estrategias implementadas.
- la especialización de los operadores, y de los procesos de trabajo, dado el enfoque contextual e interseccional que requiere el abordaje de estos casos; y que exigen de los agentes judiciales una mirada diferencial, una mirada no estereotipada de los involucrados, que es lo que conocemos como perspectiva de género.
- las acciones concretas para el acceso a la justicia de mujeres y niñas, que debe ser inmediato, oportuno y especializado, desde el momento en que el hecho de violencia se ponga en conocimiento de las autoridades, es decir desde la radicación misma de la denuncia.
- la capacitación permanente de los operadores, con el objetivo de incorporar la perspectiva de género de manera que exceda la sola dimensión hermenéutica.

Según la evaluación de la realidad de la totalidad de la criminalidad, la cantidad de casos, la cantidad y perfiles de los operadores y agentes, la extensión y distribución territorial de las dependencias de la organización, y recursos materiales disponibles, entre otras, se adoptan en los Ministerios Públicos diversas estrategias para el abordaje de estas violencias, mediante distintos diseños de gestión: Fiscalías tematizadas, ayudantías, secretarías de género, dispositivos interdisciplinarios, Defensorías y Asesorías especializadas, referentes en la materia, que tienen conocimientos técnicos específicos sobre la temática y competencia limitada o exclusiva a estos hechos.

Esta labor en general cuenta con el complemento técnico que podría ilustrarse como de valoración forense y de apoyo a la investigación, peritos especializados que generalmente se desempeñan dentro de los centros y oficinas de asistencia a la víctima o en los propios órganos tematizados, y que proveen informes técnicos y en muchos casos asistencia a las personas víctimas, y que contribuyen a una intervención más eficiente tanto para su protección y acompañamiento, como para la investigación propiamente dicha. 

La otra forma de especialización que suele implementarse en forma concomitante con los órganos tematizados es la de los procesos de trabajos especializados, que consiste en establecer prácticas operativas eficientes adaptadas específicamente a las particularidades de este tipo de problemática, y que se cumplen en todos los ámbitos territoriales y son aplicables a todos los diseños y estrategias de intervención.

Los delitos por razones de género e intrafamiliares conllevan dificultades probatorias y de protección de las víctimas, ya que muchas veces ocurren entre cuatro paredes, entre personas que generalmente comparten el domicilio, en relaciones en las que predomina el silencio y el miedo, entre una víctima y un agresor unidos por un vínculo afectivo, pareja, ascendiente o descendiente, lo que implica una percepción distinta de los involucrados en la conflictiva, y en muchos casos deriva en una posterior retractación tras la radicación de la denuncia por motivos diversos.
Teniendo en cuenta esta realidad, una iniciativa que puede adoptarse es la utilización de un formulario único de denuncias especializado para casos de violencia familiar y de género, elaborado y diseñado como un instrumento especializado, que mejora y facilita el trabajo de los casos de violencia por razones de género e intrafamiliar, porque la idea es que aporte mucha más información esencial del caso que las denuncias tradicionales, de modo que en las Fiscalías, Juzgados, Asesorías  y demás órganos intervinientes puedan tomarse decisiones adecuadas procurando que, en la medida de lo posible, no sea necesario  hacer un segundo llamado inmediato a la persona víctima en la necesidad de aclarar o ampliar ciertos puntos, o bien quedándose en el agente interviniente en el desconocimiento de ciertos datos relevantes del caso que hubieran determinado una intervención distinta. Este formulario habrá de ser objeto de permanente revisión con miras a su optimización y ajuste a la dinámica propia de esta materia.

Un aspecto de máxima utilidad a incorporar en el formulario de denuncia es una escala de predicción de riesgo de violencia grave contra la pareja.
Porque muchas veces, tanto cuando se denuncian hechos gravísimos como otros que a priori por el relato de la persona víctima no revisten en principio tal calidad pueden darse en el caso, en su contexto general, factores o parámetros objetivos de riesgo que por su configuración puntual, generen una probabilidad determinada de que el evento se repita y escale en gravedad.

Tal vez son más las particularidades del contexto que el propio hecho denunciado en la oportunidad, lo que indica que la víctima se encuentra en peligro; y entonces es fundamental que tales factores de riesgo estén plasmados en la denuncia inicial, para lo cual es necesario que se pregunte expresamente sobre ellos, de modo de dar a los funcionarios y los cuerpos técnicos o profesionales especializados que intervengan en el caso, un panorama inicial orientativo para una correcta ponderación inmediata del caso.

La evaluación de riesgo constituye entonces un proceso de reunión de información sobre personas dirigido a la toma de decisiones en materia de seguridad en función del riesgo de que se vuelva a producir un acto violento. 
Estrechamente relacionado con ello resulta fundamental propender al logro de una mejor y más ágil interrelación entre el fuero penal y el de familia en los que se ventilan y abordan muchas veces distintas aristas del mismo conflicto.

Otras modalidades de trabajo muy importantes que se consideran en el contexto de una política institucional de tutela de la situación de vulnerabilidad son el requerimiento de los testimonios en Cámara Gesell de los niños, niñas y adolescentes por un psicólogo especializado bajo la dirección de la Fiscalía, y, asimismo, el abordaje diferencial del escenario del hecho para localizar e identificar los elementos asociados a la violencia por razones de género tanto en los casos de femicidio como de violencia doméstica.

En suma, actividades que configuran un modelo institucional orientado a la defensa del sistema de derechos humanos en su conjunto.

(*) Procurador General de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires

Fuente: Publicado en Nuevo Mundoedición 1124 del 4 de abril de 2025

 

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