En
1970 se inauguró en la plazoleta ubicada frente al Colegio Don Bosco, el
retrato de cuerpo entero realizado por el escultor Miguel Ángel Sugo,
que se conserva hoy en perfectas condiciones.
Se trata de una obra ejecutada en bronce, con la técnica de fundición a la cera
perdida, procedimiento de alta complejidad que don Sugo dominó y utilizó para una
gran parte de su prolífica producción.
La escultura está realizada en tres o cuatro piezas fundidas por separado y
luego soldadas. Fue el artista el único escultor que afrontó esta labor y se
encargó de perfeccionar y adaptar para esculturas de gran formato el horno que
para fines no artísticos existía en la Escuela Industrial Domingo Faustino
Sarmiento, construyó otros dos en su taller y uno en la Escuela Superior de
Artes de la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza, que fue inaugurado el 12
de septiembre de 1973.
La
fundición a la cera perdida es un proceso para crear objetos, simples o
complejos, usando diversos metales (como oro, plata, latón o bronce) mediante
la fundición de un modelo o patrón original. Es una técnica utilizada por el
hombre desde tiempos muy remotos y para la realización de obras de gran
formato, requiere un largo, costoso y complicado proceso junto con una perfecta
y adecuada combinación de diversos oficios: el escultor que crea la figura y
hace la pieza original, los moldeadores, los fundidores, los cinceladores y
patinadores. Miguel Ángel Sugo con solo uno o dos ayudantes, cumplió todos
estos roles.
El
padre Antonio Inocencio Garbini, conocido como el “sacerdote
constructor”, dado de que desde que llegó a San Juan inició la planificación
de obras que se concretaron más adelante y luego de denodados esfuerzos, como
el edificio del Colegio Don Bosco y el del Colegio María Auxiliadora.
Nacido en Buenos Aires en el año 1896 -sus padres eran inmigrantes italianos-.
Llegó a San Juan en 1933, remplazando en la dirección del Colegio Don Bosco al
padre Fanzolato.
Permaneció en el cargo hasta 1938 cuando se lo envió a otro destino; pero
regresó nuevamente como director en 1951, tocándole esta vez afrontar los
estragos del terremoto de 1944. Desde entonces vivió en el Colegio hasta su
muerte, el 11 de julio de 1963, después de soportar una larga enfermedad. Sus
restos están depositados en un sarcófago entre las capillas de María
Auxiliadora y del Perpetuo Sufragio.
Su estancia en
nuestra provincia fue sumamente valiosa; quienes lo conocieron, ponderan su
excelente desempeño como sacerdote y maestro, su piadoso quehacer en bien de
los estudiantes y de la comunidad en general y su meritoria obra religiosa,
cultural y edilicia.
Artículo publicado sobre el padre Antonio Inocencio Garbini por Silvina Martínez en su cuenta de Facebook en marzo de 2023
1957 – Alumnos de la primaria del Colegio Don Bosco. En la foto de 1957 aparecen, todos de traje y corbata, los alumnos de Sexto grado “A” del Colegio Don Bosco. Junto a los alumnos aparecen el padre Antonio Garbini y el padre Recio. Entre ellos se observa un busco de Juan Bosco. La fundación del Colegio Don Bosco en San Juan fue el 19 de marzo de 1930, fecha en la que monseñor Américo Orzali inauguró y bendijo los primeros locales del colegio, cuyo director era el padre José Fanzolato. (Foto proporcionada por Oscar Robles)