Con la inauguración del puente de Sorocayense sobre el
río Los Patos el 13 de diciembre de 2008, se puso fin a una larga historia de
incomunicación entre los calingastinos, que quedaban aislados cada vez que las
crecidas del río Los Patos inundaban la antigua pasarela, que fuera inaugurada
en 1938.
El puente más largo de la provincia - de 300 metros- fue
habilitado por el gobernador José Luis Gioja.
Fue el primer puente en tener un disipador de
energía. Y en este punto cabe mencionar que por las características del puente,
el equipo de ingenieros del Instituto de Materiales y Suelos de la UNSJ le
propuso a la Dirección Provincial de Vialidad poner en acción este nuevo
sistema. Se trata de un desarrollo de los ingenieros Ricardo Uliarte y Javier
Morandi. Se trata de disipadores que se colocan en la interfase entre el
tablero del puente y las columnas que lo sostienen. Esto evita el choque de las
vigas con los topes sísmicos puestos en la parte de abajo, limitando así la
vibración del tablero durante un sismo. Es decir que lo que hacen los
disipadores es funcionar igual que el amortiguador de un auto: controlan la
vibración que ocasiona el temblor, protegiendo al tablero (que es la parte
superior del puente, por donde transitan los automóviles) y evitando que éste
colapse.
Los disipadores son piezas de acero torneado.
Fueron diseñados y pensados luego del terremoto de Japón, en el que varios
puentes cayeron. En 2010, cuando se produjo el terremoto de Chile, se pudo
comprobar claramente que los puentes que cayeron, fue porque no contaban con un
sistema como este, que limita la vibración y protege al tablero.
Fuente: Publicado
en Nuevo Mundo, edición 1217 del 21 de agosto de 2025
Ver otros artículos de Libreta de apuntes