El caso de los huarpes cuyanos – Vigésimo primera parte

De palabras en juicios y prejuicios en torno a Antroponimia aborigen. De la pluma del Dr. César Quiroga Salcedo



O que las conversiones alcanzaran notoriedad - no despreciada, antes bien promovida por el español - como en el resonante caso del bautizo de las hijas de los caciques (v.gr. Teresa de Ascencio, hija del cacique de Angaco, después la mujer del segundo de la expedición de Jufré) (1)

De donde las nominaciones aborígenes de los huarpes - y quizá de muchas otras etnias indianas - atadas a la mera circunstancialidad, se perdieron irremediablemente, de golpe, total y rápidamente, y con ellas se borraron las modalidades de nominación huarpe. Algunos de los nombres familiares de los jefes o superiores se conservaron, precedidos del nombre cristiano del bautismo, llegando hasta nosotros como apellidos, tal como lo fueran en realidad. (2)
De todas maneras, queda en la penumbra la comprobación de si los huarpes lograron una nominación relacionada con el mundo circundante, si usaron designaciones de tipo descriptivo (referidas al orbe, a la naturaleza) o de carácter elemental (río, laguna, totora, chañar...); o si tuvieron una inclinación de carácter antropocéntrica (referida al hombre mismo, a sus cualidades físicas o morales, a sus vicios o virtudes, etc.). En el caso de nominaciones espiritualistas, si las tuvieron, posiblemente hayan sido de un sesgo rudimentario, equivalente a su religión, a una pobre mitología o a sus rústicas creencias (apenas aludidas por el P. Valdivia). Mundo culturalmente muy alejado respecto de lo que conocemos de las grandes civilizaciones americanas.

(1) La conversión y bautismo cristiano de la hija del cacique de Angaco, al norte de Cuyo, ha sido tomada en la provincia de San Juan como un caso emblemático de la fusión de razas y triunfo del cristianismo por convencimiento. De la india Teresa de Ascensio, casada con Eugenio de Mallea, habría nacido una larga y numerosa estirpe criolla. Lo que nunca se ha mencionado ni aclarado (en la documentación o mediante tradición oral) es el primitivo nombre de la joven huarpe (o quizás capayana). Véase lo dicho por nosotros en Onomástica cuyana 3.1.1.3. p.74-5.
(2) En Onomástica cuyana hemos expuesto el tema en 3.4.1. p.87 ss. Aída González se ocupa del banco de antropónimos aborígenes cuyanos.

(*) Ex directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ. Miembro de la Academia Argentina de Letras

Fuente: Publicado en La Pericana, edición 463 del 25 de octubre de 2025

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jugando con las palabras huarpes cuyanos aída elisa gonzález