De palabras en juicios y prejuicios en torno a Antroponimia aborigen. De la pluma del Dr. César Quiroga Salcedo

O que las
conversiones alcanzaran notoriedad - no despreciada, antes bien promovida por
el español - como en el resonante caso del bautizo de las hijas de los caciques
(v.gr. Teresa de Ascencio, hija del cacique de Angaco, después la mujer del
segundo de la expedición de Jufré) (1)
De donde las
nominaciones aborígenes de los huarpes - y quizá de muchas otras etnias
indianas - atadas a la mera circunstancialidad, se perdieron irremediablemente,
de golpe, total y rápidamente, y con ellas se borraron las modalidades de
nominación huarpe. Algunos de los nombres familiares de los jefes o superiores
se conservaron, precedidos del nombre cristiano del bautismo, llegando hasta
nosotros como apellidos, tal como lo fueran en realidad. (2)
De todas maneras, queda en la penumbra la comprobación de si los huarpes
lograron una nominación relacionada con el mundo circundante, si usaron
designaciones de tipo descriptivo (referidas al orbe, a la naturaleza) o de
carácter elemental (río, laguna, totora, chañar...); o si tuvieron una
inclinación de carácter antropocéntrica (referida al hombre mismo, a sus
cualidades físicas o morales, a sus vicios o virtudes, etc.). En el caso de
nominaciones espiritualistas, si las tuvieron, posiblemente hayan sido de un
sesgo rudimentario, equivalente a su religión, a una pobre mitología o a sus
rústicas creencias (apenas aludidas por el P. Valdivia). Mundo culturalmente
muy alejado respecto de lo que conocemos de las grandes civilizaciones
americanas.
(1)
La conversión y bautismo cristiano de la hija del
cacique de Angaco, al norte de Cuyo, ha sido tomada en la provincia de San Juan
como un caso emblemático de la fusión de razas y triunfo del cristianismo por
convencimiento. De la india
Teresa de Ascensio, casada con Eugenio de Mallea, habría nacido una larga y
numerosa estirpe criolla. Lo que nunca se ha mencionado ni aclarado (en la documentación o
mediante tradición oral) es el primitivo nombre de la joven huarpe (o quizás capayana).
Véase lo dicho por nosotros en Onomástica cuyana 3.1.1.3. p.74-5.
(2)
En Onomástica cuyana hemos expuesto el tema en
3.4.1. p.87 ss. Aída González se ocupa del banco de antropónimos aborígenes cuyanos.
(*)
Ex directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel
Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ. Miembro de la Academia Argentina de
Letras
Fuente: Publicado en La Pericana,
edición 463 del 25 de octubre de 2025
