Con tu pelo a la seda y a contramano
yo te vi caminando por la vereda
justo el sol alumbraba pedazo e champa
y un camión que rumbiaba pa’ la miseria.
Relojito del parque las seis y pico
ya se me hizo de noche umbral y tinto
un rincón de la boca me abrió su nido
y tus ojos me piden algo distinto.
Y me voy enredando hacia vos
y la luna menguante me abrió
una madrugada no me hace nada
si ella está conmigo en el mostrador.
Con un cielo en la frente desparramado
me sumerjo en las sombras el sol presente
desandando la vida desafinando
mil tonadas me llueven y vos ausente.
Se me pierde el camino nada me importa
cada imagen que sube cuelga tu cara
un misterio me encuentra y se hace amigo
y de nuevo aquel día me abrió su boca.
Daniel Giovenco y Juan Ortega
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