La historia de Rosa Bettalemmi Marinaro y Alfonso Plana Sanchiz, se inició cuando ambos eran estudiantes en Córdoba y se conocieron en un paseo al dique San Roque.
El se encontraba acompañado por un grupo de amigos, ella junto a su familia.
Rosa, oriunda de Mendoza, es hija de Sebastiana Marinaro y Francisco Bettalemmi, reconocido comerciante de la vecina provincia.
Alfonso era hijo de Josefa Sanchiz y Vicente Plana, agricultor.
Ambos, se recibieron de bioquímicos y farmacéuticos, el volvió a San Juan, a gestar un proyecto comercial privado, que perduró en el tiempo, la reconocida Farmacia Plana, ubicada en calle General Acha y Rivadavia. Rosa partió a su provincia a trabajar como farmacéutica.
Hasta que decidieron contraer enlace el 14 de abril de 1956, en la antigua iglesia del Colegio Santo Domingo de la provincia de Mendoza. La recepción se realizó en uno de los salones, más importantes de la ciudad, con un servicio de lunch y confitería que preparó una exquisita torta de cinco pisos, asombro de todos los presentes.
Los padrinos de la ceremonia religiosa fueron Francisco Bettalemmi y Josefa Sanchiz, por ambos contrayentes
Recorriendo antiguas historias de boticarios
Los novios, partieron de luna de miel y estuvieron un mes viajando, recorrieron en auto, San Luis, Córdoba, Entre Ríos y Corrientes desde donde viajaron en barco fluvial a conocer Cataratas del Iguazú.
Los primeros años de casados, vivieron en un departamento sobre calle Mitre, mientras Alfonso, terminaba la casa donde por 47 años transcurriría la vida familiar. Allí nacieron y crecieron los hijos.
Alfonso Plana, fue un destacado hombre de trabajo, pionero en el ámbito de la actividad farmacéutica, visionario, impulsor y miembro fundador del Colegio Bioquímico de San Juan. Un hombre querido por sus amigos y por todos los que tuvieron la oportunidad de conocerlo. Falleció en 1981 a la temprana edad de 56 años.
Según nos cuenta la protagonista de esta historia, que una vez casados ella comenzó a trabajar en la farmacia y laboratorio que Alfonso ya había instalado. Luego accedió a un cargo, en el Hospital Ferroviario que se ubicaba sobre calle Rivadavia frente a la actual Iglesia La Merced, de donde se retiró con 25 años de servicio. Paralelamente ejercía la docencia como profesora de química y bromatología, en distintos colegios secundarios. Hoy sigue en actividad, ejerciendo como farmacéutica y disfrutando sus pasatiempos favoritos, tejer, cuidar el jardín y viajar.
Alfonso, vendió tiempo antes de fallecer el inmueble y el nombre de la Farmacia Plana, que hoy sigue funcionando.
De esta unión nacieron, Gustavo Alfonso, arquitecto, con tres hijos Alfonso, Grabriel y María Emilia y está casado con Norma Lohay. María Rosa Plana Bettalemmi, arquitecta, casada con Rodolfo Barilari Balsa, con tres chicos, Nicolás, María Celeste y María Josefina.