El caso de los huarpes cuyanos – Décimo novena parte

De palabras en juicios y prejuicios en torno a Antroponimia aborigen. De la pluma del Dr. César Quiroga Salcedo



Escarbemos un poco entre las tinieblas. Debe ser un tanto difícil o imposible sostener que existiera una “antroponimia de los huarpes” en tanto que modalidad estructurada, consolidada, cristalizada, de nominar personas, a la manera antigua o actual. Aún más, es posible que entre ellos no hubiera existido un conjunto (más o menos nutrido), o canon de nombres en los que se pudiera reincidir, que pudieran repetirse, como ahora lo aceptamos y concebimos, de padres a hijos y/o descendientes. Es muy difícil pensar en que hubiesen tenido “catálogos” de nombres cristalizados en listas, repetidas a coro o conservados por la memoria popular, de manera oral y tradicional, pues algún cronista lo hubiera advertido y anotado, y algunos de tales nominaciones se hubieran filtrado hasta nosotros.

Es posible en cambio que la nominación personal haya estado movida por las motivaciones inmediatas, las más variadas y cambiantes de la existencia. O sea, designaciones personales atadas a una creatividad completamente contraria a nuestras modalidades en la que impera el respeto por formas arcaicas, tradicionales, antiguas. Al punto que nosotros, para poner nuevos nombres a nuestros hijos, debemos recurrir (al menos en la legislación argentina) a una particular autorización en caso de que el nombre propuesto no se encuentre dentro de un extenso nomenclador sancionado expresamente. En nuestro contexto jurídico, nosotros, hombres modernos, debemos justificar la novedad de un nombre, sea por tratarse de una tradición desconocida, o poco conocida, o por ser de posible raigambre aborigen. La prueba positiva queda a cargo del padre innovador, quien ciertamente no puede nominar a su hijo con un nombre dependiente de cualquier motivación o alternativa trivial. Así, no es aceptado denominar a un hijo como Parrandero, Suertudo, Inesperado, Colado o Navideño.

(*) Ex directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ. Miembro de la Academia Argentina de Letras

Fuente: Publicado en La Pericana, edición 461 del 12 de octubre de 2025

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